El Hospital Nasser, en el sur de Gaza, recibe a diario cientos de personas que intentan identificar cuerpos en medio del dolor
Cada día, entre 250 y 300 familias palestinas llegan al Hospital Nasser de Jan Yunis, en el sur de Gaza, con la esperanza de reconocer a sus seres queridos entre las fotografías de los cadáveres devueltos por Israel a la Franja, en el marco del intercambio de cuerpos con Hamás, informó la agencia EFE.
“Esta cantidad llevó al comité a abrir dos salones para mostrar las fotografías de los cadáveres”, explica Samih Yasin Hamad, miembro del comité del Ministerio de Sanidad gazatí encargado de la gestión de los cuerpos.
En una de las salas, el silencio es absoluto. Decenas de hombres y mujeres observan las imágenes que un funcionario proyecta en una pantalla de televisión.
Algunos permanecen de pie, otros sentados en sillas de plástico, con la mirada fija o las manos en la cabeza. Un anciano reza en voz baja, pasando las cuentas de un masbaha mientras espera una señal que confirme sus peores temores.

“Llevo tres meses buscando a mi hijo, ahora he descubierto que murió también, como su otro hermano. Lo he reconocido por el diente que le falta y la camiseta”, dice entre lágrimas un hombre mayor, sin revelar su nombre.
El director de la unidad de Sanidad encargada del recuento de fallecidos, Zaher Al Waheidi, informó que se han recibido 195 cuerpos y 63 han sido identificados por sus familias. Los cadáveres son trasladados al hospital por la Cruz Roja, pero el centro carece de las herramientas necesarias para realizar autopsias.
El Ministerio de Sanidad de Gaza ha denunciado que muchos de los cuerpos presentan signos de abuso, incluyendo palizas, marcas de maquinaria pesada, esposas y vendas en los ojos.
“No hay listas ni detalles sobre los cuerpos. Son cuerpos sin identificar. Enterramos 54 ayer”, añadió Al Waheidi, refiriéndose a una fosa común en Deir al Balah, donde fueron sepultados los fallecidos que no pudieron ser reconocidos.
Ante la magnitud del drama, las autoridades han habilitado una página web con fotografías de los cadáveres, para que familiares puedan reportar posibles identificaciones desde cualquier punto del enclave.

Pese a la tregua temporal vigente, los hospitales de Gaza continúan colapsados y sin recursos, con severas limitaciones impuestas al ingreso de ayuda humanitaria por parte de Israel.
En el Hospital Nasser, los funcionarios amplían imágenes de piernas, prendas o dientes con la esperanza de que algún detalle ayude a una familia a reconocer a su ser querido. En muchos casos, los cuerpos están tan dañados que resulta imposible determinar su identidad.
Según Naciones Unidas, más de 11,000 personas continúan desaparecidas en Gaza, incluyendo a miles que yacen bajo los escombros y a detenidos sin información sobre su paradero en prisiones israelíes.
El Ministerio de Sanidad estima que unos 7,000 gazatíes siguen sepultados bajo los restos de edificios destruidos, aunque Defensa Civil eleva la cifra a 10,000. De ellos, apenas 3,600 han sido identificados por sus familias.
Otros cuerpos provienen de centros de detención israelíes, como la prisión de Sde Teiman, en el desierto del Néguev, conocida por las denuncias de torturas a prisioneros palestinos.
En Jan Yunis, las familias siguen llegando al hospital, día tras día, buscando entre imágenes borrosas un rostro, una prenda o una cicatriz que les permita darle nombre a un cuerpo y cierre a una herida imposible.
