El cooperante, escritor y activista español recoge más de tres décadas de experiencias en el continente africano en un libro
Cada vez que Chema Caballero aterriza en África, lo anuncia con una fotografía de una cerveza local en sus redes sociales, es su manera simbólica de decir que ha vuelto a ese continente que ha recorrido durante más de treinta años y que ahora plasma en su nuevo libro, El bebedor de cerveza, presentado en Casa África, en Las Palmas de Gran Canaria, informó la agencia EFE.
El cooperante, consultor, activista, escritor y exmisionero utiliza la cerveza -presente en cada país africano con una marca representativa- como hilo conductor para hablar del continente desde una perspectiva diferente.
“En ese choque de culturas que se produjo con la colonización, no todo fue negativo para África”, explica Caballero, quien encuentra en lo cotidiano, incluso en una bebida industrial, una metáfora de intercambio y mestizaje cultural.
El autor relata que la idea del libro surgió durante una cuarentena por Covid-19 en Benín, en el 2020, un tiempo que aprovechó para reflexionar sobre décadas de trabajo en terreno. “Si logro que la gente reflexione o intente ver África como realmente es, sería maravilloso”, aseguró.
En sus páginas, Caballero mezcla análisis social y político, memorias personales y reflexión humanista, con temas que van desde el colonialismo y la religión hasta la literatura, el cambio climático o el papel de las mujeres en el desarrollo.
“África es urbana, femenina y juvenil”, sostiene. “En las ciudades se fraguan los grandes cambios. Las mujeres, con sus pequeños emprendimientos, han permitido que sus hijos estudien; y son los jóvenes quienes están impulsando las transformaciones más profundas del continente”.
Una de las riquezas del libro es que incorpora fragmentos de más de cuarenta autores y autoras africanas, para ofrecer una visión coral y genuina.
“La literatura africana me ha ayudado a comprender formas de pensar y de ver el mundo. Quise que los africanos estuvieran presentes en la obra, sin intermediarios”, explica el autor, que se define como “un devorador de literatura africana”.
Para Caballero, las historias africanas son universales porque “al final todos somos seres humanos con las mismas necesidades: ser queridos, comer, tener una vida digna y una dimensión espiritual”.
Caballero lamenta que los medios occidentales sigan enfocando su mirada sobre África “en las guerras, las enfermedades o el hambre”, mientras ignoran su vitalidad cultural, económica y social.
También critica que la cooperación internacional muchas veces actúe sin escuchar a las comunidades locales.
Un país nunca se ha desarrollado gracias a la cooperación, aunque sí muchas personas, sobre todo mujeres, han podido salir adelante gracias a ella. Pero la cooperación gubernamental casi nunca es neutral”.
El escritor insiste en que la verdadera comprensión del continente pasa por escuchar a los africanos y abandonar el “complejo del salvador blanco”.
“Aunque hay muchas buenas intenciones, pocas veces se les escucha. Esa queja me la he encontrado infinidad de veces y siempre acaba saliendo al final del día, cuando te sientas a tomar la cerveza”.