Un informe revela que el número de estados con una tasa de obesidad igual o superior al 35% se redujo por primera vez desde el 2011
Estados Unidos experimentó en el último año un ligero avance en la lucha contra la obesidad, después de que el número de estados con una tasa de obesidad igual o superior al 35% disminuyera por primera vez desde que se lleva registro, según un informe publicado por la organización sin ánimo de lucro Trust for America’s Health (TFAH), informó la agencia EFE.
En el 2024, 19 estados reportaron tasas de obesidad en adultos iguales o superiores al 35%, frente a los 23 estados que alcanzaron esa cifra en el 2023, este cambio marca el primer retroceso en los índices de obesidad tras once años de incrementos consecutivos, de acuerdo con los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Aun así, el estudio subraya que la obesidad sigue siendo un problema de salud pública generalizado, con tasas de entre el 30% y el 35% en otros 22 estados y solo 9 estados con cifras inferiores al 30%. Ningún estado registró una tasa inferior al 25% por segundo año consecutivo.
Entre los extremos del mapa, Colorado presenta la menor proporción de adultos con obesidad, mientras que Virginia Occidental encabeza la lista con un preocupante 41,4% de su población adulta afectada.
Pese a que no se registraron cambios estadísticamente significativos entre el 2023 y el 2024, los expertos celebran esta estabilización como un posible punto de inflexión, sin embargo, advierten que la tendencia a largo plazo sigue siendo alarmante, entre 1999 y el 2023, la obesidad aumentó un 32% en el país, y el incremento fue aún mayor entre los jóvenes, con un 52% más de casos.
Actualmente, más del 40% de los estadunidenses adultos padecen obesidad, una enfermedad asociada a un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.
El informe también apunta a las causas estructurales detrás del problema, entre ellas la baja calidad de la dieta, caracterizada por un consumo insuficiente de frutas y verduras y una elevada ingesta de alimentos ultraprocesados y azucarados.
Los autores del estudio instan a las autoridades a reforzar las políticas de prevención, promover hábitos alimenticios saludables y garantizar el acceso a alimentos frescos y asequibles, especialmente en comunidades de bajos ingresos donde la obesidad sigue concentrándose con mayor fuerza.