La obra, valorada en $1,500 millones, generará más de 2,000 empleos y garantizará el suministro de agua potable por los próximos 50 años
La Autoridad del Canal de Panamá (ACP) proyecta iniciar la licitación para la construcción del embalse de Río Indio durante el primer semestre del 2027, un año en que se prevé un fuerte impacto del fenómeno de El Niño sobre el país, informó el diario Panamá América.
Este escenario podría obligar a reducir el calado del Canal para priorizar el abastecimiento de agua a la población y a las plantas potabilizadoras, por lo que las autoridades consideran crucial que el proyecto se ejecute según el cronograma previsto.
De acuerdo con John Langman, representante de la oficina de proyectos hídricos de la ACP, la obra tendrá un costo estimado de $1,500 millones, incluyendo la inversión social.

El proyecto contempla la construcción de una represa de concreto compactado con rodillo y un túnel de nueve kilómetros, con un tiempo estimado de construcción de cuatro años tras la adjudicación del contrato, prevista para dentro de aproximadamente dos años.
Los estudios que actualmente se realizan en la zona permitirán establecer los términos de referencia del proyecto, que se estima culminaría entre el 2031 y el 2032.
El vicepresidente de proyectos hídricos de la ACP explicó que el embalse generará más de 2,000 empleos directos e indirectos, al incluir proyectos adicionales como adecuación de carreteras, construcción de escuelas, centros de salud, iglesias y viviendas.

Langman subrayó que el objetivo del embalse es garantizar la competitividad de la vía interoceánica y, al mismo tiempo, asegurar agua potable para los panameños durante los próximos 50 años.
“Necesitamos tener un mejor sentido de la riqueza que es el agua. Se deben buscar mecanismos para reducir la cantidad de agua no contabilizada y mejorar los controles”, enfatizó el funcionario, al recordar que el uso racional del recurso es clave para asegurar la rentabilidad del proyecto.
El desarrollo del embalse también implica un proceso de reasentamiento de 2,500 personas agrupadas en 550 familias, quienes deberán trasladarse para dar paso a la construcción.

Según Karina Vergara, gerente socioambiental del proyecto, el proceso busca garantizar que las familias mejoren sus condiciones de vida, y se respetarán sus preferencias de traslado, ya sea individual o grupal.
“Ellos van a dar un gran aporte al país; como mínimo, tienen que mejorar sus condiciones de vida”, afirmó Vergara, quien agregó que el censo socioeconómico realizado en la zona permitirá atender sus necesidades de manera oportuna.
La huella del proyecto abarcará unas 4,700 hectáreas de tierra, e incluirá la participación de comunidades vecinas, que también serán escuchadas durante el proceso.
Las autoridades destacaron que la recepción de las comunidades al proyecto ha sido positiva, conforme se les informa sobre los beneficios sociales y ambientales que traerá el embalse, considerado una de las obras estratégicas más importantes para la seguridad hídrica y el futuro del Canal.
