Especialistas coinciden en que el modelo actual está desfasado y limita la competitividad del país
La territorialidad se ha convertido en uno de los principales puntos débiles y, al mismo tiempo, en una de las mayores oportunidades de reforma para modernizar el esquema fiscal del país, así lo indicó el especialista fiscal Ubaldo González durante su intervención en el II Congreso Tributario Internacional, celebrado en Ciudad de Panamá, informó el diario La Estrella.
González calificó el modelo actual como de brocha gorda y poco refinado, advirtiendo que su aplicación desactualizada genera fricciones con los estándares tributarios internacionales y contribuye a la permanencia de Panamá en listas grises y negras. “La aplicación de la territorialidad es la que está desfasada y causa conflictos con los estándares internacionales”, señaló.
Las observaciones de González fueron respaldadas por Natalia Quiñones, presidenta de IFA Global (Asociación Fiscal Internacional), quien destacó los avances del país, pero subrayó que las reglas tributarias siguen rezagadas frente a los modelos de negocio globales.

“La jornada ha resaltado la necesidad de reformar reglas tributarias que están muy atrasadas. La tributación debe usarse como herramienta para el crecimiento del país, más allá de la simple recaudación”, sostuvo.
Ambos especialistas coincidieron en que Panamá debe adaptar su sistema para hacerlo compatible con el siglo XXI y fortalecer su reputación internacional.
González rechazó la idea de que la territorialidad sea un concepto obsoleto o exclusivo de Panamá y recordó que grandes economías -como Estados Unidos durante la administración Trump, Irlanda y Japón- utilizan modelos territoriales, pero la diferencia radica en que estos países aplican una territorialidad avanzada y moderna.

Explicó que la versión contemporánea promovida por la OCDE se basa en mecanismos como la exención de la participación, un enfoque que permitiría a Panamá mantener la ventaja de no gravar rentas generadas fuera del territorio, pero bajo reglas claras, auditables y alineadas con los estándares globales.
“La implementación de una territorialidad avanzada es una de las palancas para lograr un sistema fiscal fit for purpose en el siglo XXI”, afirmó.
En sintonía con la propuesta de redefinir la territorialidad, Quiñones señaló dos prioridades para mejorar la competitividad del país: fortalecer la red de convenios tributarios y brindar mayor certeza jurídica.

Según la presidenta de IFA Global, los tratados de protección de inversiones son esenciales para atraer capital extranjero, ya que ofrecen arbitraje y garantías claras para los inversionistas. “La certeza es lo que hace a los países realmente competitivos”, enfatizó.
El debate dejó claro que, si Panamá aspira a salir del estigma de las listas y consolidarse como un hub económico moderno, la reforma de la territorialidad no es solo necesaria, sino inevitable.
