La capital india activa la fase III del plan GRAP mientras la concentración de partículas tóxicas supera en más de 50 veces lo recomendado por la OMS
Nueva Delhi volvió a amanecer envuelta en una densa nube de contaminación, con un Índice de Calidad del Aire (AQI) de 393 puntos, según datos del Consejo Central de Control de la Contaminación (CPCB), informó la agencia EFE.
La cifra sitúa a la ciudad en niveles catalogados por la India como muy dañinos y la acerca al umbral de los 450 puntos, que obligaría a activar la fase más severa del Plan de Respuesta Gradual contra la Contaminación (GRAP).
El AQI indio se calcula a partir de la concentración de ocho elementos contaminantes registrados en diferentes estaciones de monitoreo.

Si el índice supera los 450 puntos, se pondría en marcha la fase IV del GRAP, que contempla medidas drásticas como la suspensión de clases, restricciones más estrictas al tráfico, el cierre de centros de trabajo públicos y la paralización casi total de las obras de construcción en la capital, hasta ahora, esta etapa no ha sido activada en el 2024.
Nueva Delhi puso en marcha la fase III del plan antipolución, pero las medidas no han logrado frenar el deterioro del aire, y de acuerdo con la plataforma suiza IQAir, que utiliza una escala distinta a la india, la capital india es la ciudad más contaminada del mundo, seguida de Lahore (Pakistán) y Tashkent.
Las partículas PM2.5, consideradas las más peligrosas para la salud por su capacidad para penetrar en el sistema respiratorio, alcanzaron concentraciones superiores a 250 microgramos por metro cúbico al mediodía, es decir, más de cincuenta veces los niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Como cada año, la llegada del invierno agrava la contaminación en la metrópolis de más de treinta millones de habitantes.
Las condiciones meteorológicas que atrapan las partículas en la atmósfera, el uso festivo de pirotecnia, el tráfico rodado, las emisiones industriales en el área metropolitana y la quema de rastrojos en los estados vecinos conforman una mezcla que dispara los niveles de polución en la región.
Mientras la calidad del aire continúa deteriorándose, las autoridades indias enfrentan la presión de decidir si las medidas ya implementadas serán suficientes o si deberán activar la fase más estricta del GRAP para contener una crisis ambiental que se repite año tras año.
