El aumento mensual de la deuda coincide con la meta oficial de mantener la estabilidad fiscal y el grado de inversión
La deuda pública de Panamá volvió a aumentar en octubre del 2025, al crecer $138.3 millones respecto a septiembre, un alza de 0,2% que llevó el saldo total a $58,832.7 millones, según el Informe Mensual de Deuda Pública del Sector Público No Financiero (SPNF), informó el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
Aunque el incremento es moderado, confirma que el ritmo de endeudamiento continúa estrechamente vinculado a las necesidades de liquidez del Estado y al uso de instrumentos de financiamiento de corto plazo.
El aumento mensual estuvo impulsado principalmente por la subasta de letras del tesoro, que aportó $358.9 millones a un plazo de 12 meses y con un rendimiento promedio ponderado de 5,01%.

Este costo refleja tanto la presión de tasas en el mercado local como la preferencia del gobierno por instrumentos de colocación rápida para atender obligaciones inmediatas.
A ello se sumaron desembolsos multilaterales por $20.6 millones y bilaterales por $3.6 millones, que continúan ampliando el saldo de la deuda.
En contraste, los pagos de capital durante octubre sumaron $144.8 millones, de los cuales $102.8 millones correspondieron a amortización de letras del tesoro, $35.3 millones a acreedores multilaterales y $6.7 millones a bilaterales.

Estas obligaciones reflejan el peso que el servicio de la deuda ejerce sobre las finanzas públicas, limitando la capacidad del Estado para destinar recursos a inversión productiva.
El informe también destaca un comportamiento más favorable en los mercados financieros, los bonos soberanos internacionales mostraron alzas en precios tras una caída de 20 puntos básicos en los rendimientos, mientras que los instrumentos de deuda local registraron una baja promedio de 6 puntos básicos.
Esta tendencia apunta a una mejora en la percepción de riesgo del país, en línea con el discurso oficial sobre disciplina fiscal.

No obstante, la deuda continúa aumentando y pone a prueba la capacidad del Ejecutivo para sostener la disciplina fiscal.
El desafío para Panamá será equilibrar la disciplina fiscal prometida por el gobierno con la necesidad de financiar un plan de inversiones ambicioso, mientras la deuda sigue creciendo y la sostenibilidad de las finanzas públicas enfrenta crecientes presiones.
