Un proyecto de vocación universal que renueva el diálogo entre culturas y reabre un acceso histórico del museo
En medio de la tormenta mediática desatada por el espectacular robo de joyas del tesoro real francés el pasado 19 de octubre, el Museo del Louvre intenta recomponer su imagen apostando por la cultura y la diversidad artística, informó la agencia EFE.
En tal sentido, presentó su Galería de los Cinco Continentes, un espacio que propone un diálogo inédito entre sus fondos tradicionales y una amplia selección de obras procedentes de todos los rincones del mundo, con el objetivo de reforzar su carácter universal.
La iniciativa, impulsada por la directora del museo, Laurence des Cars, llega tras las críticas recibidas por priorizar ambiciosos proyectos expositivos frente a una mejora más profunda de la seguridad del recinto, evidenciada durante el asalto perpetrado por cuatro individuos que sustrajeron un botín valorado en $102 millones en apenas siete minutos.

Según Des Cars, la nueva galería representa “la historia de un encuentro” entre el Louvre y el museo Quai Branly, especializado en artes extraeuropeas, y supone “una buena noticia en un periodo algo sombrío”.
La Galería de los Cinco Continentes reemplaza a la antigua galería de las Temporadas, creada hace 25 años bajo el impulso del expresidente Jacques Chirac, gran defensor del arte africano y oceánico.
Tras años de escaso eco y aislamiento, especialmente desde la apertura del Quai Branly en el 2006, la propuesta renace con una escenografía completamente renovada y una apuesta por desligarse de cualquier lectura colonial.
Obras extraeuropeas conviven ahora con piezas de los fondos del Louvre y préstamos de otros museos. La exposición puede visitarse además a través de la renovada puerta de los Leones, que se convierte en el tercer acceso principal del museo y que cuenta con modernos sistemas de seguridad. Situada junto al Sena, es la misma ala donde se ubica la galería Apolo, escenario del reciente robo.
“La idea es mostrar que la creación humana responde a cuestiones compartidas por todas las culturas”, explica Aurelien Gaborit, responsable de colecciones africanas del Quai Branly y director científico de la nueva galería. El recorrido propone preguntas sobre los grandes dilemas de la humanidad y muestra cómo distintos artistas han plasmado sus respuestas.

En la sala central domina la imponente figura del dios mexica Quetzalcóatl, tallada en roca volcánica, rodeada de exvotos y esculturas de Oceanía, África, Europa, Asia o América. Una virgen española dialoga con una maternidad nigeriana del siglo XIX, mientras un Cristo alemán comparte espacio en un “carrusel de culturas” que busca nutrir la reflexión colectiva.
En la misma ala, el Louvre inaugura también un espacio completamente renovado dedicado a los grandes maestros italianos y españoles de los siglos XVII y XVIII.
Las salas, recién repintadas, permiten redescubrir obras de Goya, Murillo, Zurbarán o Ribera, poniendo en valor la riqueza del arte español del Siglo de Oro dentro del mayor museo del mundo.
Con estas aperturas, el Louvre intenta equilibrar el impacto del reciente escándalo con una apuesta firme por la cultura, el diálogo global y la renovación museística.
