Rechazan la presentación de artistas del Estado hebreo, al que acusan de genocidio en Gaza
España, Países Bajos, Irlanda, Eslovenia y probablemente la próxima semana Islandia se retiran del Festival de Eurovisión, uno de los eventos culturales más populares del viejo continente, informó el diario Clarín.
Su boicot se debe a que la organización, a la que pertenecen todas las televisiones públicas de Europa, decidió no someter a votación el pedido que hicieron varios países para expulsar a Israel del festival como en el 2021 se expulsó a Bielorrusia y en el 2022 a Rusia.
Los países que abogan por no permitir la participación de Israel alegan que el régimen de Benjamin Netanyahu usa el festival como un arma de propaganda para blanquear el genocidio en Gaza.

La Corte Penal Internacional de La Haya tiene abierto un proceso penal contra Netanyahu y otros altos funcionarios israelíes por esos crímenes.
La participación de Israel ya generaba suspicacias antes de la operación militar en Gaza porque algunos países sospechan que el Estado hebreo altera los resultados del concurso, un evento que siguen por televisión cientos de millones de europeos.
Se sospecha que Israel lleva años usando empresas especializadas para comprar votos en países pequeños, porque son precisamente esos los que le han dado masivamente el voto del público.
A pesar de esos votos supuestamente alterados o dictados por la proximidad geográfica o la política, el festival, que fue muy popular en los años 60, 70 y 80 y perdió vigor en los 90 y 2000, volvió en los últimos años a ganar una gran popularidad.
En parte porque se ha convertido en un escaparate para los colectivos LGTBIQ. Entre los últimos ganadores figuran artistas de esas tendencias sexuales.
Las televisiones de cada país suelen enviar a Eurovisión a artistas poco conocidos, pero a algunos el festival sirvió de plataforma para saltar al estrellato, como a los suecos de ABBA, al español Julio Iglesias, la canadiense Céline Dion (que participó bajo bandera suiza) o la británica Olivia Newton-John.
La participación de Israel en los últimos años ha generado además otro fenómeno político que antes no existía. Eurovisión no era un festival de carácter ideológico. Ahora eso cambió.
Todos los partidos de extrema derecha europeos apoyan ahora abiertamente la participación de Israel y algunos, como los españoles de VOX, incluso promueven que el voto del público de los españoles vaya al artista israelí. Eurovisión se ha convertido en una batalla cultural para la extrema derecha.
