El ilustrador melillense Salah Mezian firma desde hace cinco años la postal oficial de Navidad de Melilla
Rezar el Corán y felicitar la Navidad no solo no son incompatibles, sino que pueden convivir con total naturalidad, así lo demuestra el ilustrador Salah Mezian, responsable desde hace cinco años de la postal oficial con la que la ciudad autónoma de Melilla desea felices fiestas al mundo entero, sin importar la creencia de cada cual, informó la agencia EFE.
Su caso es uno de los muchos que reflejan el crisol cultural que define a la sociedad melillense, orgullosa de su convivencia diaria y de la participación compartida en las grandes festividades de cada comunidad.
Para Mezian, crear postales navideñas es algo totalmente normal desde su infancia, cuando las aulas se llenaban de adornos propios de estas fechas. “Es algo que he mamado desde pequeño”, recuerda Mezian.
El ilustrador celebra que, al menos en Melilla, lo bonito es que se ha normalizado, aunque admite que fuera de la ciudad aún sorprenda que un musulmán sea el autor de la imagen del nacimiento de Jesús.

Su aspiración es que su labor no sea algo nuevo y deje de llamar la atención, en definitiva, que en el futuro no sea noticia, pues considera su trabajo un ejemplo de normalización y del mensaje que transmite en sus talleres artísticos: el arte como herramienta de tolerancia, paz, armonía e integración.
Además de ilustrador, Mezian coordina en Melilla la Fundación Mensajeros de la Paz, la ONG del padre Ángel, implicada en el reparto de alimentos y en talleres socioeducativos en horario lectivo.
Hace cinco años, las redes sociales fueron su gran escaparate: tras ganar por primera vez el concurso de postales navideñas de la ciudad, repitió éxito dos años consecutivos, impulsado por un aluvión de interacciones positivas.
En los dos últimos años, la Consejería de Cultura ha confiado directamente en su arte para encargarle la postal oficial de Navidad, así como ilustraciones para otras festividades religiosas, como el Ramadán o el Yennayer, el año nuevo amazigh.
Lo hace sin conflicto alguno: ser musulmán no ha supuesto para él ningún problema a la hora de representar celebraciones cristianas u otras tradiciones.
Quienes buscan polémicas entre comunidades, afirma, son una minoría a la que no hay que dar mucha importancia.
El presente es un momento especialmente brillante para Mezian, cuyo talento comenzó a despuntar en la infancia. Sus trabajos han sido reconocidos con premios nacionales, gran repercusión en redes y varias publicaciones, entre ellas El viaje de Fátima y Caramelos con sabor a café.
Su arte ha cruzado también el Atlántico: en Estados Unidos ilustró el poemario infantil The Visions of Beya Bean Blue, de zO-AlonzO Gross, premiado con un Golden Wizard Book Prize en el Reino Unido.
La postal de este año vuelve a reflejar ese estilo, un portal de Belén con José, María y el Niño sonrientes, iluminados por un ángel bajo una estrella brillante.
Un ejemplo más de cómo el arte de Mezian une mundos que algunos aún creen separados.
