El líder del Partido Republicano llega fortalecido al balotaje del domingo con el apoyo total de la derecha
El abogado y exdiputado ultracatólico José Antonio Kast podría sumarse este domingo a la ola de líderes de extrema derecha que gobiernan parte del mundo y convertirse en el primer pinochetista en llegar a La Moneda desde el retorno a la democracia en Chile, informó la agencia EFE.
Aunque quedó segundo en la primera vuelta de noviembre con el 23,9% de los votos, todos los sondeos lo sitúan como favorito frente a la candidata única de la izquierda, la exministra comunista Jeannette Jara, que obtuvo un 26,6%.
El apoyo incondicional que recibió de los candidatos de derecha y ultraderecha que no pasaron al balotaje allanó el camino para una victoria amplia, según coinciden analistas y encuestas.

A diferencia de sus campañas del 2017 y el 2021, Kast optó esta vez por una estrategia cuidadosamente medida: repetir la idea de que “Chile se cae a pedazos” y que el país vive la mayor crisis de seguridad de su historia reciente, pese a que la tasa de homicidios sigue siendo de las más bajas de la región.
Durante toda la campaña evitó hablar de su agenda ultraconservadora, su defensa de la dictadura militar y propuestas que le restaron apoyo en el pasado, como eliminar el Ministerio de la Mujer o prohibir totalmente el aborto.
En el 2021 llegó a afirmar que, si Augusto Pinochet estuviera vivo, votaría por él. Hoy se limita a decir que mantiene las mismas convicciones, pero que los chilenos tienen otras urgencias.
“Su campaña es monotemática y sabe que meterse en otros temas es ganarse problemas gratis”, explicó el periodista Felipe González Mac-Conell, coautor del libro Kast. La ultraderecha a la chilena.
Su promesa estrella es crear un gobierno de emergencia para aplicar mano dura contra la delincuencia y blindar la frontera norte con vallas y zanjas. Desde hace meses mantiene una cuenta regresiva dirigida a los cerca de 340,000 migrantes irregulares del país, a quienes insta a abandonar Chile antes de que él asuma.

Si no lo hacen, asegura que los buscará y expulsará, aunque no ha explicado qué ocurrirá con quienes no sean recibidos por sus países de origen, como Venezuela.
Tampoco ha detallado cómo logrará un recorte fiscal de $6,000 millones en 18 meses sin afectar el gasto social, una meta considerada inviable por economistas de todos los sectores.
Hijo de una pareja de migrantes alemanes -su padre militó en el partido nazi- Kast no es un outsider. Fue diputado durante 16 años por la conservadora UDI, que abandonó antes de su primer intento presidencial.
En el 2019 fundó el Partido Republicano, que lo llevó a disputar y perder la segunda vuelta del 2021 ante Gabriel Boric y, dos años después, a liderar el fallido proceso constitucional.
“En el segundo proceso fue incapaz de asumir un rol de estadista”, señaló Carlos Malamud, del Real Instituto Elcano.
“Kast se vende como conservador, no como ultraderecha, pero proviene de una tradición política autoritaria y pinochetista”, añadió el politólogo Cristóbal Rovira, de la Universidad Católica.
Si las encuestas se cumplen, Kast será el primer presidente que defendió públicamente a Pinochet y que hizo campaña por su continuidad en el plebiscito de 1988. El único mandatario de derecha elegido hasta ahora, Sebastián Piñera, votó en contra del dictador.
Pese a sus similitudes programáticas con Trump o Milei, Kast se diferencia por un estilo mucho más sobrio y menos confrontacional.
Sus referentes están en Giorgia Meloni y Marine Le Pen, según los analistas. Tras la primera vuelta, Meloni fue una de las primeras líderes internacionales en llamarlo, y Kast la visitó en Roma el pasado septiembre.
Este domingo, Chile decidirá si abre un nuevo ciclo político con un presidente que reivindica su origen conservador y el legado de la derecha más dura, o si la izquierda logra revertir una tendencia que, según los sondeos, ya parece instalada.
