Productores piden al gobierno proteger los rubros sensitivos y el estatus sanitario del país en el proceso de acercamiento al bloque sudamericano
El sector agropecuario panameño observa con cautela el viaje que realizará mañana el presidente José Raúl Mulino a la cumbre del Mercosur, donde Panamá avanzará en su proceso de acercamiento a este bloque comercial sudamericano, informó el diario La Estrella.
Aunque los gremios reconocen posibles oportunidades económicas y logísticas, advierten que cualquier negociación debe salvaguardar los rubros sensitivos del agro nacional y mantener controles estrictos en materia fito y zoosanitaria.
Representantes del sector ganadero y agrícola coinciden en que ha existido diálogo con el gobierno, principalmente a través del Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA) y el Ministerio de Comercio e Industrias (MICI).

No obstante, subrayan la necesidad de que los productores tengan una participación activa y directa en las negociaciones bilaterales que se desarrollen posteriormente con cada país miembro del bloque.
Samuel Vernaza, presidente de la Asociación Nacional de Ganaderos (ANAGAN), explicó que el gremio ha sostenido reuniones técnicas con las autoridades para analizar los riesgos, amenazas y oportunidades que podría representar el Mercosur para el agro panameño.
Estas conversaciones, realizadas en distintas provincias del país, indican que no existirían amenazas inmediatas, siempre que Panamá mantenga una postura firme en las negociaciones.

Vernaza recordó que el Mercosur funciona como un acuerdo marco, lo que implica que las condiciones comerciales se negocian de forma individual con cada país miembro.
En ese contexto, advirtió que Panamá se enfrenta a economías con sistemas productivos de mayor escala y asimetrías significativas, por lo que consideró indispensable que el sector productivo esté presente en la mesa de negociación para defender los intereses nacionales.
Uno de los principales focos de preocupación para la ganadería es el estatus sanitario del país, considerado un patrimonio estratégico.

El dirigente señaló que Panamá mantiene una condición sanitaria privilegiada en la región, que podría verse comprometida si no se establecen controles rigurosos frente a enfermedades como la fiebre aftosa, aún presente en algunos países de Sudamérica, con o sin esquemas de vacunación.
Asimismo, recordó experiencias pasadas, como la del gusano barrenador, que evidenciaron el fuerte impacto económico de enfermedades de rápida propagación.
Por ello, insistió en que cualquier acuerdo comercial debe priorizar la protección sanitaria por encima de eventuales beneficios económicos o logísticos.
Desde el sector agrícola, Lorenzo Jiménez, presidente de la Asociación de Productores de la Comunidad Tierras Altas (ACPTA), señaló que Panamá no puede aislarse de un mundo globalizado, pero enfatizó que el impacto dependerá de cómo se negocien los acuerdos.

En ese sentido, recordó que el país cuenta con 12 rubros sensitivos, entre ellos arroz, leche, carne bovina, porcina y avícola, así como cebolla y papa, productos clave para la seguridad alimentaria y el empleo rural.
Jiménez explicó que estos rubros reciben un tratamiento especial ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), que permite limitar importaciones salvo en casos de desabastecimiento.
En algunos acuerdos, como el vigente con Estados Unidos, existen cuotas anuales libres de arancel, pero una vez agotadas, cualquier importación adicional requiere autorizaciones específicas.
Ambos gremios coincidieron en que Panamá dispone de un marco legal sólido, respaldado por acuerdos internacionales y legislación nacional, que protege los productos sensitivos, y aseguran que, de surgir amenazas concretas, existen mecanismos legales para defender la producción local.
