Tras más de cuatro años de restricciones, un fallo favorable a Costa Rica en la OMC y una apelación que mantiene el caso en suspenso
El comercio agrícola entre Panamá y Costa Rica atraviesa uno de sus momentos más complejos, luego de más de cuatro años de restricciones, un fallo adverso para Panamá en la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la posterior apelación presentada en Ginebra, un proceso que mantiene el diferendo en un limbo jurídico dentro del sistema multilateral, informó el diario La Estrella.
Ante este escenario, ambos gobiernos exploran un nuevo acercamiento bilateral con la expectativa de que, a partir del 2026, los ministerios de Comercio Exterior y de Agricultura retomen un diálogo técnico y político que permita destrabar el intercambio comercial, particularmente en productos sensibles como lácteos, carnes y frutas frescas, que han permanecido fuera del mercado panameño por no contar con permisos sanitarios vigentes.
El tema fue abordado durante la reciente visita del presidente, José Raúl Mulino, a Costa Rica, donde sostuvo un encuentro con su homólogo Rodrigo Chaves, y según autoridades costarricenses, ambos mandatarios instruyeron a sus equipos económicos y agrícolas a trabajar en una solución definitiva a un conflicto que ha escalado del ámbito técnico al jurídico-comercial.

El ministro de Comercio Exterior de Costa Rica, Manuel Tovar, confirmó que tras la visita presidencial se giraron instrucciones directas para avanzar en el diálogo. “Durante la visita del presidente Mulino, los dos presidentes nos encomendaron a los ministros de Comercio Exterior y de Agricultura de ambos países sentarnos a trabajar y encontrar una salida definitiva a esta situación”, afirmó.
Tovar reconoció que, pese a la histórica cercanía entre ambos países, el manejo del conflicto ha generado tensiones. “Se trata de una situación que nos produce frustración, porque hablamos de un país amigo y vecino con el que siempre hemos mantenido una relación muy sana y positiva”, señaló.
Añadió que desde la óptica costarricense existe malestar por la decisión de Panamá de apelar el fallo de la OMC, pese a que Costa Rica había propuesto un mecanismo alternativo de apelación que ofrecía certeza jurídica y un cierre definitivo del caso.

No obstante, el ministro calificó el tema como complejo y retador y subrayó que el primer paso para destrabarlo es retomar el diálogo directo, incluso mediante una eventual visita oficial a Panamá.
Desde la perspectiva panameña, el conflicto se enmarca en la aplicación de normas sanitarias y fitosanitarias destinadas a proteger la salud pública y la producción nacional.
Panamá sostiene que las restricciones a productos costarricenses responden a observaciones técnicas detectadas en plantas procesadoras desde el 2014, que durante años operaron bajo prórrogas y permisos temporales.
