El tradicional cerro capitalino se transforma en un sendero de luces, música y diversidad cultural que reúne a peregrinos y turistas bajo el espíritu navideño
Al caer la noche, cuando el frío y la neblina envuelven los cerros orientales de Bogotá, Monserrate se transforma en un camino de luz que recorre once países y convoca a familias, peregrinos y turistas a vivir la Navidad desde lo alto de la capital colombiana, al ritmo de las novenas y los villancicos, informó la agencia EFE.
A 3,150 metros sobre el nivel del mar, el emblemático santuario religioso modifica su paisaje nocturno con el espectáculo ‘Las luces del mundo’, una propuesta que rinde homenaje a diversas culturas sin perder el carácter espiritual del lugar.
El recorrido luminoso evoca países como España, Francia, Italia, Inglaterra, México, Japón, China o Estados Unidos, integrados en un sendero que acompaña el ascenso hacia la cima.
Desde el trayecto en teleférico o funicular, la iluminación comienza a revelarse entre la oscuridad hasta llegar al bosque andino, donde una hilera de faroles da la bienvenida en alusión al Día de las Velitas, la tradición colombiana que cada 7 de diciembre inaugura el calendario navideño con luces y encuentros familiares.

El inicio del sendero está marcado por las catorce estaciones del viacrucis, que acompañan el paso de los caminantes, y por una esfera del mundo que simboliza la diversidad cultural que inspira el alumbrado.
A lo largo del recorrido, mariposas amarillas iluminadas rinden homenaje al nobel de literatura Gabriel García Márquez y a su obra Cien años de soledad, integrando la memoria literaria colombiana al paisaje nocturno.
Para Diego Di Bona, turista procedente de Medellín, la experiencia transmite un mensaje de unión y diversidad. “Es muy bonito compartir distintos acentos y culturas; es una experiencia muy cálida”, comenta, mientras destaca los mensajes de “Feliz Navidad” escritos en varios idiomas a lo largo del camino.
Cada estación del recorrido representa a un país distinto, China aparece con un dragón rojo entre lámparas tradicionales; Francia se reconoce en una réplica de la torre Eiffel; Estados Unidos despliega estrellas y águilas, mientras que Inglaterra deslumbra con el Tower Bridge y el London Eye.

La música navideña acompaña todo el trayecto, mezclándose con el sonido de los pasos, el viento en la altura y el eco lejano de la ciudad, que continúa su ritmo a más de mil metros abajo.
El camino culmina en el espacio dedicado a Colombia, donde las escaleras del santuario se iluminan con los colores de la bandera nacional y un colibrí se proyecta en la fachada del templo, en honor a las 18 especies de esta ave presentes en el cerro.
El visitante mexicano César Tapia destaca el mensaje de diversidad del alumbrado en un contexto global marcado por divisiones. “Es interesante y necesario, sobre todo cuando los países parecen tan separados”, afirma, mientras resalta la singularidad de la experiencia de ascender entre vegetación y luces en medio de una gran ciudad.
Entre cantos, neblina y destellos de colores, Monserrate se alza cada noche como una estrella sobre Bogotá, iluminando la ciudad y guiándola, una vez más, por el camino del espíritu navideño.
