En el aniversario del primer intento de derrocar la autocracia rusa expertos advierten sobre la resistencia de las élites al cambio
Este 2025 se cumplen 200 años del levantamiento de los Decembristas, un grupo de oficiales, nobles e intelectuales que en diciembre de 1825 intentó poner fin a la autocracia en Rusia tras la muerte del zar Alejandro I, inspirados por ideas liberales europeas y estadounidenses, informó la agencia EFE.
Sin embargo, el aniversario pasó desapercibido por el Kremlin, en un gesto que refleja la intención de evitar que el descontento popular con la guerra en Ucrania se traduzca en un nuevo levantamiento.
Konstantín Chuichenko, ministro de Justicia, comparó a los Decembristas con agentes extranjeros modernos, subrayando que el Estado ruso sólo tiene valor si puede defenderse, y justificando así la vigilancia sobre opositores y disidentes.
Mientras tanto, expertos recuerdan que el movimiento original buscaba abolir la servidumbre, instaurar un orden constitucional y reducir las desigualdades, objetivos que se aplazaron décadas tras la represión.
La reciente sublevación de Yevgueni Prigozhin en el 2023 y su posterior muerte refuerza la percepción del Kremlin sobre los riesgos de cualquier desafío interno.
El sistema actual mantiene a las élites tradicionales marginadas, con los oligarcas y funcionarios subordinados al Estado, mientras se promueve a las nuevas élites provenientes de veteranos de guerra e industria militar, leales al gobierno y dependientes de sus privilegios.
Los analistas señalan que, aunque pocos desean la continuación indefinida de la guerra, la élite compite por recursos y no por poder político, y confían más en injerencias externas que en cambiar la estructura interna, mientras el aniversario de los Decembristas sirve de recordatorio histórico de los límites de la oposición en Rusia.