Cercana, grande y “de sangre”: un eclipse lunar total particularmente raro por su tamaño ofreció este miércoles un espectáculo celestial visto por miles de personas de punta a punta del planeta
A diferencia de los eclipses solares, las gafas de protección no son necesarias para ver el fenómeno y los amantes de la astronomía pudieron disfrutarlo a ojo descubierto.
En California, miles de personas observaron durante la noche la llamada “superluna azul de sangre”, que desapareció, privada de rayos de sol, y volvió a emerger teñida de rojo. De ahí su nombre.
También se le llama “azul” no por el color sino porque se trata de la segunda lunallena en un mes, un fenómeno que solo sucede en promedio cada dos años y medio.
Algunas personas esperaron más de cinco horas con la esperanza de encontrar un buen lugar en el observatorio Griffith de Los Ángeles, que abrió sus puertas a las 03H30 locales para recibir a unos 2.000 espectadores.
El eclipse comenzó a las 03H45 locales (11H45 GMT), cuando una sombra negra comenzó a cubrir la Luna blanca. Una hora más tarde quedó completamente tapada y después empezó a reaparecer con un tono cobrizo en su superficie.
El espectáculo fue observable en parte de América del Norte, Rusia, Asia y el océano Pacífico. En cambio, la mayor parte de Europa, América del Sur y África no pudieron seguirlo debido a la luz del Sol.
En América del Norte, en Alaska o Hawái, el eclipse fue visible antes del alba. En Oriente Medio, Asia, Rusia Oriental, Australia y Nueva Zelanda, el eclipse ocurrirá al salir la Luna en la noche de este miércoles.
En Katmandú, donde la superluna fue vista a través de un cielo contaminado por la polución, los nepalíes vivieron este fenómeno con precaución al considerar que puede traer mala suerte.
Los periódicos locales aconsejaron a la población no beber, comer, dormir o incluso ir al baño durante el eclipse, citando una serie de costumbres hindúes.
En varias escuelas de Filipinas, donde están refugiadas algunas de los 90.000 personas obligadas a abandonar sus casas por la erupción del volcán Mayón, se vivieron en cambio momentos de mucha emoción.
El eclipse lunar fue visto sobre el cráter que expulsaba lava, un doble espectáculo irrepetible que creó una mezcla de sentimientos entre admiración y temor.
“Es enorme y brilla. Es emocionante ver esto. Dios creó esta maravillosa luna y el volcán”, contó a la AFP Jose Almesolano, un granjero de 75 años.