La exguerrilla FARC denunció este jueves el asesinato de tres de sus excombatientes en el suroeste de Colombia, y responsabilizó al grupo rebelde ELN
“Con profundo dolor recibimos el día de ayer (miércoles) la noticia que confirma la desaparición, tortura y posterior asesinato de nuestros camaradas William Rivera, Jhojan Silva y Luis Cortes Cabezas”, indicó el otrora grupo rebelde en un comunicado.
El ahora partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) afirmó que en el ataque, ocurrido en el municipio de Santa Cruz del departamento de Nariño, fronterizo con Ecuador, también fue asesinado un menor de edad que era familiar de uno de los exguerrilleros.
“Todo indicaría que los responsables del crimen son integrantes activos del Ejército de Liberación Nacional (ELN) que opera en dicha región del país”, agregó la FARC.
La exguerrilla, que firmó un acuerdo de paz en noviembre de 2016 con el gobierno de Juan Manuel Santos que la desarmó y transformó en partido, exigió al ELN “de manera urgente” una aclaración sobre su presunta responsabilidad en el crimen.
El secretario de gobierno de Nariño, Édgar Insandará, dijo a la AFP que no hay confirmación oficial de los homicidios, sino que se trata de un caso de “desaparición forzada”.
Insandará aseguró que no hay certeza del día en que ocurrió la desaparición ni de los motivos, y que la fiscalía ingresará este jueves a la zona para adelantar la investigación.
El funcionario lideró el miércoles un consejo de seguridad en la gobernación al que asistieron autoridades y representantes de la exguerrilla.
En Nariño, la región con más narcocultivos del país, también operan narcotraficantes y disidencias de las FARC.
El líder y candidato presidencial de la FARC, Rodrigo Londoño (“Timochenko”), sostuvo el fin de semana que desde la firma de la paz, tras lo cual cerca de 7.000 hombres y mujeres dejaron las armas, han sido asesinados 37 excombatientes.
Por las muertes de sus militantes, la otrora guerrilla comunista ha exigido al gobierno garantías para su participación política y la reincorporación de sus miembros.
El gobierno de Santos suspendió el lunes las negociaciones que instaló hace un año en Quito con el guevarista ELN, tras tres atentados de los rebeldes que el fin de semana dejaron siete policías muertos y docenas de heridos en el norte del país.
Santos busca firmar con el ELN, la última guerrilla que su gobierno reconoce en Colombia, un pacto similar al pactado con las FARC para superar un conflicto armado que, en medio siglo, ha dejado unos ocho millones de víctimas entre muertos, desaparecidos y desplazados.