Miles de aficionados del FC Barcelona se lanzaron este lunes a las calles para celebrar con sus ídolos los títulos de Liga y Copa en una temporada empañada por la sorprendente caída en Champions contra la Roma
Equipados con camisetas y banderas azulgranas, los culés aplaudían el paso del autocar descubierto donde había los Messi, Iniesta y compañía, que se hacían fotos con sus móviles, lanzaban confeti a la afición o cantaban el clásico “campeones, campeones”.
Aunque es únicamente la octava vez en la historia que el club azulgrana consigue este doblete, el habitual desfile de celebración por el centro de la ciudad catalana fue menos multitudinario y eufórico que en años anteriores, incluso por parte de los jugadores.
En parte por caer en medio del puente del 1 de mayo, que muchos barceloneses aprovechan para salir de la ciudad, y en parte por la eliminación en cuartos de final de la Liga de Campeones ante la Roma, que remontó con un 3-0 en su estadio el 4-1 de la ida.
“Es una temporada incompleta, parece que dos títulos sean poco”, afirmó Enric Vilalta, aficionado de 57 años que acudió con sus dos hijos enfundados en camisetas del Barça a la celebración.
“La Copa es poco premio y la Liga está bien pero es la Champions la que genera ilusión. Puedes perder en semifinales o en la final, pero no en cuartos y contra un equipo inferior”, añadió.
“Nos hemos vuelto un poco sibaritas”, reconoció Javier Gibello, funcionario de 37 años que también llevó a su hijo a ver a sus ídolos.
“Lo de Roma es una espina clavada. Pero si hay que ponerles nota, yo les daría un notable alto”.