El asalto se produjo a las 6:00 a.m de hoy, viernes, siendo la entrada forzada más importante en más de diez años
Cerca de 400 migrantes procedentes de África subsahariana forzaron hoy, viernes la alta valla que rodea el enclave norteafricano español de Ceuta, en el asalto más importante en más de diez años, informó la delegación del gobierno.
Los migrantes lograron forzar las puertas en al menos dos puntos de la alambrada, de seis metros de alto, que rodea la ciudad española, indicó a la AFP un portavoz de la delegación del gobierno en Ceuta.
El asalto se produjo hacia las seis de la mañana, y la Cruz Roja dijo haber atendido a 103 migrantes. Veinticinco de ellos fueron llevados al hospital por heridas de poca gravedad pero que requieren puntos de sutura.
Según el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, que se encontraba hoy en Bruselas, alrededor del 20% de ellos no estaban aún localizados al final de la mañana.
El ministerio del Interior indicó, por su lado, que el secretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, se desplazará a Ceuta.
En imágenes publicadas por un diario local, El Faro de Ceuta, puede verse a decenas de migrantes eufóricos, algunos de ellos con el torso o los pies desnudos, gritando “¡España!”.
En las mismas imágenes puede verse a algunos heridos, con cortes en los pies y en la cabeza.
La de hoy, viernes, es la entrada forzada más importante en mas de diez años, según las autoridades locales.
“En estas cifras nos tenemos que remontar ya a los inicios de los años 2000”, indicó el portavoz de la delegación del gobierno.
La última entrada masiva se remonta al 31 de octubre, cuando cerca de 220 migrantes franquearon dos puertas de acceso de la barrera de Ceuta en un asalto similar, que se saldó con 35 heridos, entre ellos tres guardias civiles.
El objetivo de los migrantes es alcanzar el centro de estancia temporal (CETI), donde pueden presentar una demanda de asilo.
Las organizaciones de defensa de los derechos humanos suelen criticar el trato de las autoridades españolas a los migrantes en los enclaves de Ceuta y Melilla, las dos únicas fronteras terrestres entre la Unión Europea y África.
En noviembre, Amnistía Internacional calificó estas ciudades de territorios “sin derechos para personas migrantes y refugiadas”. La organización denunciaba casos de violencia policial tanto en Marruecos como en Ceuta y la expulsión de posibles solicitantes de asilo, así como maltratos en centros de acogida.