La razón para que el expresidente dejara de resistirse a la posibilidad de ser extraditado, se despeja en un comunicado dónde asegura que aspira a una candidatura en CD
El cambio repentino en la estrategia de Ricardo Martinelli en Estados Unidos, parece ser la decisión intempestiva del expresidente frente al paso del tiempo y la poca percepción de resultados favorables, frente a la perdida de influencia política tras ya casi un año de encarcelamiento.
Un comunicado de la Oficina de Martinelli lo aclara, el documento afirma que Martina considera “su deber el hacer todo lo que este a su alcance, para contribuir a crear una alternativa política”. El asunto es que para eso el principal obstáculo es el tiempo y la segunda cuestión a solventar la distancia.
En pocas palabras el asunto de estar preso en Estados Unidos lo limita en distancia, y los plazos para resolver los recursos lo condicionan en cuanto al tiempo. No obstante la decisión hasta ahora no implica un regreso inmediato.
Una vez esta decisión personal se formalice y complete los procesos en el Tribunal de Apelaciones de Atlanta, ambos factores, (espacio y tiempo); quedan en control absoluto del Departamento de Estado de EUA, “Eso podría ser en un día, como podría ser en seis meses”, dice Ángel Álvarez, abogado querellante en el caso conocido como el de los “pinchazos”, que es el único por el que Martinelli tendría que responder una vez sea extraditado.
Pero el abogado advierte que a pesar del impacto mediático que trata de lograr el manuscrito de Martinelli pidiendo desistir de todo, las intenciones de retornar no quedan de todo claras. “Una carta al Departamento de Estado asegurando que su intención en este momento es enfrentar la justicia panameña, ayudaría mucho más que todo el show que se ha montado”.
