Los científicos dieron un primer paso esperanzador para la supervivencia del rinoceronte blanco del norte, una subespecie prácticamente extinguida, al haber creado in vitro los primeros embriones del paquidermo
Sudán, el último macho de rinoceronte blanco del norte, falleció en marzo a los 45 años en la reserva keniana de Ol Pejeta.
Su hija y su nieta, Najin y Fatu, se convirtieron así en los últimos ejemplares vivos de esta subespecie originaria de África Central, diezmada por la caza furtiva.
Para garantizar su supervivencia, muchos habían confiado en la ciencia.
Con un procedimiento de procreación asistida inédito en rinocerontes, se franqueó “la primera etapa esencial para salvar esta subespecie”, explicó un equipo internacional de investigadores en la revista Nature Communications.
Los expertos recolectaron en zoos europeos más de 80 ovocitos de hembras de rinocerontes blancos del sur, de los que quedan unos 20.000 ejemplares salvajes en el sur de África.
Los óvulos fueron fecundados in vitro, algunos con esperma congelado de rinocerontes blancos del norte y otros con esperma de su primo del sur, en los laboratorios de la sociedad italiana Avantea.
El resultado: siete embriones, de los cuales tres (uno sur-sur y dos sur-norte) fueron congelados.