En Carolina del Norte, su gobernador, Roy Cooper, impuso la evacuación obligatoria en todas las islas barrera.
La costa Este de EE.UU. no está acostumbrada a la llegada de huracanes de gran potencia, frecuentes en esta época del año en Florida, las islas del Caribe y el Golfo de México. Esta semana, sin embargo, las costas de los estados de Carolina del Norte y del Sur podrían sufrir la violencia de un huracán de categoría 4, un escenario muy poco habitual. Si conserva su trayectoria y su fuerza, Florence sería el huracán de categoría 4 que toca tierra más al Norte en la Costa Este de EE.UU. desde que se tienen registros.
La configuración del litoral de la región, con barreras de islas, marismas y tierras bajas lo hacen muy vulnerable a los efectos de una subida del nivel del mar provocada por un huracán. Las contadas veces que ha ocurrido ha sido muy peligroso. Desde 1851, 24 huracanes con categoría 4 han desembarcado en el territorio continental de EE.UU., es decir, una vez cada siete años. Que lo hagan con categoría 5, la máxima, todavía es más difícil: solo ha ocurrido en tres ocasiones, lo normal es que estas tormentas pierdan algo de intensidad cuando se acercan a la costa. De todos ellos, solo tres han afectado a la costa de Carolina del Sur o al Norte de ella -Florence sería el cuarto- y sus efectos fueron demoledores. Tanto Hugo en 1989 como Hazel en 1954 provocaron subidas del nivel del mar cercanas a los seis metros. Se debió a la confluencia de la tormenta y de marea alta. El huracán Gracie, de 1959, provocó inundaciones mucho menores porque coincidió con marea baja.
«La trayectoria de Florence, combinada con el tamaño y la fuerza que se le pronostican cuando toque costa y combinada con la morfología única de la costa en esta región podrían hacer posible un récord en subida del nivel del mar en partes de las zonas amenazadas», aseguró en el blog especializado «Weather Underground» Robert Young, profesor de Geología Costera en la Western Carolina University. Algunos expertos sitúan la subida entre los 5 y 6 metros.
Las autoridades han asegurado que Florence es un fenómeno meteorológico «extremadamente peligroso» y han decretado la evacuación de un millón de personas en zonas en riesgo de Carolina del Norte y del Sur. Ayer, el gobernador de este último, Henry McMaster, canceló la evacuación de tres condados en la franja Sur del estado -Jasper, Beaufort y Colleton- ya que se preveía que el huracán afectara más al Norte. Las evacuaciones en los otros cinco condados afectados seguían vigentes.
Como cualquier otro huracán de esta entidad, Florence supone tres peligros graves cuando se acerque a la costa: la subida del nivel del mar, que se puede llevar por delante poblaciones enteras en el litoral; la presencia de vientos huracanados; y las inundaciones que pueden provocar lluvias torrenciales. Esto último fue el principal problema el año pasado con el huracán Harvey, que no fue tan dañino cuando tocó costa, sino después. Convertido en un tormenta tropical, se detuvo sobre la ciudad de Houston y provocó inundaciones fatales.
Ayer, al cierre de esta edición, Florence se movía a una velocidad de 27 kilómetros por hora en su trayectoria hacia el Noroeste. La fuerza de sus vientos había bajado ligeramente, hasta los 210 kilómetros por hora, lo que le convertía en huracán de categoría 3, pero se esperaba que volviera a ganar intensidad a lo largo del día. Florence se situaba a 1.360 kilómetros de Cabo del Miedo, en Carolina del Sur, la región por la que se pronosticaba tocaría costa.
La previsión es que mañana miércoles la región costera afectada empiece a sentir mayor oleaje y rachas de vientos propios de una tormenta tropical. Para la noche del miércoles o la mañana del jueves se prevén las primeras lluvias, y los vientos huracanados se empezarían a sentir el jueves por la noche. Florence desembarcaría en la costa el viernes por la mañana.
En Carolina del Norte, su gobernador, Roy Cooper, impuso la evacuación obligatoria en todas las islas barrera que jalonan la costa del estado y que sufrirán el huracán con más fuerza. «No esperéis a que sea demasiado tarde. Podría poner en peligro vuestra vida y la de los equipos de emergencia», advirtió Cooper, que calificó al huracán de «monstruo».
Desde Washington, el presidente de EE.UU., Donald Trump, recibió ayer un informe sobre la situación del huracán por parte de la secretaria de Seguridad Interior, Kirstjen Nielsen, y del director de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA, en sus siglas en inglés). «Estamos completamente preparados», aseguró Trump, al que Florence también ha trastocado la agenda. Tenía previsto un mitin en Jackson (Misisipi) este viernes y lo ha cancelado ante la previsión de que haya que gestionar un desastre. La alcaldesa de la propia capital de EE.UU., Muriel Bowser, decretó el estado de emergencia. Aunque está fuera de la trayectoria prevista para el huracán, podría verse afectada por inundaciones, caídas de árboles y cortes de electricidad.