El papa se reunió este jueves con la cúpula de la Iglesia católica de Estados Unidos, que pide respuestas al Vaticano sobre una nueva ola de denuncias devastadoras de abusos sexuales por parte del clero.
Francisco recibió al presidente de la conferencia episcopal estadounidense, el cardenal Daniel DiNardo, a su vicepresidente, el arzobispo José Horacio Gómez y al secretario general, el obispo Brian Bransfield.
Estuvieron acompañados por el arzobispo de Boston, Sean O’Malley, presidente de la Comisión pontificia para la protección de menores, consejero cercano de Francisco.
O’Malley fue visto saliendo del Vaticano más de una hora después del comienzo de esta reunión tan esperada.
“Hemos compartido con el papa Francisco nuestra situación en Estados Unidos, (donde…) el cuerpo de Cristo fue lacerado por el mal de los abusos sexuales”, indicó en un comunicado posterior el cardenal DiNardo
Una encuesta divulgada el miércoles por la cadena de televisión estadounidense CNN revela una disminución de la popularidad del papa en Estados Unidos. Sólo la mitad de los estadounidenses (48%) lo avala, contra un 72% en 2013, primer año de su pontificado.
Inclusive, entre los católicos estadounidenses, su aprobación también se redujo, al 63% contra 83% un año y medio atrás, según la misma encuesta realizada sobre una muestra de 1.000 personas.
La publicación en agosto de un informe sobre agresiones sexuales relacionadas con clérigos católicos en Pensilvania, se sumó a la dimisión en julio del cardenal Theodore McCarrick, acusado de abusos sexuales en el pasado a un joven 16 años, lo que ha sacudido a toda la Iglesia estadounidense, revelando de paso profundas divisiones políticas entre los obispos.
Entonces, un exembajador de la Santa Sede, monseñor Carlo Vigano, incluso llegó ar la renuncia del papa a fines de agosto, acusándolo de haber encubierto al obispo McCarrick durante cinco años, en tanto este exarzobispo de Washington fue presentado por diplomáticos como un temible depredador homosexual de seminaristas y sacerdotes.
Monseñor Vigano también acusa a Francisco de haber ignorado las sanciones (aparentemente bastante confidenciales) contra McCarrick por parte de su antecesor, Benedicto XVI.