La sonda espacial japonesa Hayabusa-2 lanzó este viernes dos microrobots sobre el asteroide Ryugu que recogerán información sobre los orígenes del sistema solar y de la vida.
“La separación de los robots de la sonda Hayabusa-2 se realizó con éxito”, indicó la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA) en un comunicado.
Si la misión es exitosa, se trataría de la primera exploración de la superficie de un asteroide realizada por robots autónomos Minerva de segunda generación, después de que una anterior tentativa japonesa fracasara en 2005.
Los investigadores, que se empeñaron en mejorar las técnicas desde entonces, piensan que la misión será exitosa, pero aún deben esperar la primera transmisión de datos.
“Tenemos muy buenas esperanzas”, aseguró Yuichi Tsuda, uno de los responsables al mando en JAXA, durante una rueda de prensa.
A su aterrizaje en el asteroide, los microrobots se desplazarán a saltos sobre éste. Esta solución se consideró más segura que de hacerlos rodar por la superficie del asteroide, que parece muy desnivelada.
Después de un viaje de 3.200 millones de kilómetros desde la Tierra, la sonda Hayabusa-2 se estabilizó en junio a 20 kilómetros de Ryugu, situado actualmente a alrededor de 280 millones de kilómetros del planeta Tierra.
El primer objetivo de esta misión es lanzar un proyectil de 2 kilos sobre Ryugu de manera suficientemente fuerte para crear un cráter en su superficie, del que se recolectarán y analizarán materias orgánicas y acuosas, originalmente presentes en el sistema solar y que no han sido expuestas a milenios de vientos o de radiación.
Esta misión tiene el propósito de enriquecer el conocimiento de nuestro entorno espacial “para una mejor comprensión de la aparición de la vida en la Tierra”, explicó JAXA.
Más tarde, se prevé que la sonda espacial envíe al asteroide un vehículo de fabricación franco-alemana llamado Mascot, por sus siglas en inglés, que realizará observaciones de la superficie del asteroide.
La sonda Hayabusa-2 fue enviada al espacio en diciembre de 2014, y se espera que regrese a la Tierra con sus muestras espaciales en 2020.