La multinacional de software alemana estuvo envuelta en un escándalo el año pasado luego que uno de sus altos ejecutivos, condenado en Estados Unidos, confesara el acto corrupto. En Panamá, donde hay 17 personas encausadas criminalmente por este caso, la CSS volvió a contratar directamente a esa compañía
La Caja de Seguro Social (CSS) volvió a contratar los servicios, sin licitación pública, de la multinacional de software alemana SAP, la misma empresa que estuvo envuelta en un escándalo de corrupción el año pasado luego que uno de sus altos ejecutivos confesara haber pagado sobornos a empleados públicos panameños para obtener millonarios contratos con esa entidad de seguridad social.
Ese escándalo internacional, que derivó en una acuerdo entre el ejecutivo de SAP, Vicente Eduardo García y las autoridades estadounidense que permitió su condena por un año y diez meses de cárcel, tuvo réplicas en Panamá en donde se encuentran cerca de 17 personas encausadas criminalmente por este caso entre los que figuran Eduardo Jaén, exadministrador general de la Autoridad de Innovación Gubernamental (AIG) y Guillermo Sáez Llorenz, exdirector general de la CSS.
Jaén y un ex jefe de Innovación de la Caja de nombre Carlos Tazón se hallan bajo arresto carcelario, mientras, otro de los involucrados, Aaron Mizrachi, pareja sentimental de una de las hermanas del expresidente Ricardo Martinelli, tiene orden de detención internacional.
Un año más tarde que se hiciera pública la condena al exejecutivo de SAP, la administración de la CSS informa sobre la “reactivación” del servicio y mantenimiento a la plataforma de procesos administrativos de la entidad con la empresa SAP Internacional Panamá por un monto de 3 millones 903 mil 476 dólares.
La historia del soborno
En agosto de 2015, Vicente García, a la sazón, vicepresidente para América Latina de SAP, confesó haber participado en un plan para sobornar autoridades panameñas con el fin de asegurar que el Gobierno concediera contratos tecnológicos a SAP.
De acuerdo con el relato de García, se utilizaron contratos y facturas falsas para ocultar la verdadera naturaleza de los sobornos. El hoy exejecutivo admitió en aquel entonces que creyó que los sobornos eran necesarios para ganar tanto el contrato inicial como otros adicionales.
Tras pagarse el soborno, un partner local de SAP se aseguró un contrato con la CSS de $14.5 millones, que incluía $2.1 millones para programas SAP. Poco tiempo después, el Estado panameño aprobó contratos adicionales de productos SAP, entre los cuales se encuentra el Metro de Panamá.