Los feligreses provienen de varias partes del país; los mismos suelen vestir de color purpura característico del santo.
La mañana de este 21 de octubre cientos de hombres, mujeres y niños bajo un torrencial aguacero, mantienen su éxodo a la Iglesia de San Felipe, en Portobelo, provincia de Colón con un propósito en común, estar frente a la imagen del Cristo Negro de Portobelo “El Nazareno” para entregar sus ofrendas, hacer alguna petición o pagar mandas por los favores concedidos.
Algunos de los peregrinos pagan sus promesas al santo con martirios corporales en los límites de dolorosas torturas, unas veces con constantes azotes, otras caminando largos trechos de rodillas o arrastrando pesos, sin lamentarse por magulladuras y sangramientos.
De acuerdo al Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc) se espera que para este 21 de octubre eventos lluviosos y un aumento de la cobertura nubosa (cielo parcialmente nublado a cubierto), estas lluvias serán de intensidades variadas, desde ligeras hasta fuertes acompañadas de descargas eléctricas.
Se pudo conocer que se trasladaron a la provincia de Colón, 1,300 agentes de seguridad entre los que están: la Policía Nacional, la Fuerza de Tarea Águila, Servicio Nacional Aeronaval y de la Autoridad de Tránsito y Transporte Terrestre, como parte del operativo de seguridad Cristo Negro de Portobelo. Ademas se suman estamentos de emergencias como la Cruz Roja Panameña, Servicio Nacional de Migración, Sistema Nacional de Protección Civil, 911, Dirección de Investigación Judicial y el Cuerpo de Bomberos.
Cuentan que el Cristo Negro de Portobelo llegó de manera fortuita a esta añeja villa del Caribe panameño, allá por 1658, aunque algunos fijan el 21 de octubre su arribo.