El pontífice celebró este domingo la misa en la basílica de San Pedro de Roma en presencia de 6.000 personas pobres. “La injusticia es la raíz perversa de la pobreza”, dijo ante ellos.
“El grito de los pobres es cada día más fuerte pero también menos escuchado, sofocado por el estruendo de unos pocos ricos, que son cada vez menos pero más ricos”, aseveró.
“Pidamos la gracia de escuchar el grito de los que viven en aguas turbulentas”, añadió. “Es el grito de tantos Lázaros que lloran, mientras que unos pocos epulones banquetean con lo que en justicia corresponde a todos”.
Estaba previsto que después el papa comiera en el Vaticano con 3.000 personas desfavorecidas.
El Vaticano también proporciona atención médica gratuita. El año pasado, con motivo de la primera Jornada Mundial de los Pobres, más de 600 personas recibieron cuidados médicos.
En el día de hoy, se llevan a cabo iniciativas parecidas en otras diócesis en Italia y en el mundo.
Desde el inicio de su pontificado en 2013, el papa denuncia la “globalización de la indiferencia” y reitera que quiere una “Iglesia pobre para los pobres”.