Este nuevo año plantea a la empresa privada la oportunidad de ser una fuerza aún más dinámica que impulse el desarrollo del país, de manera sostenida.
La Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá solicita al “Estado asegure políticas que contribuyan al mejoramiento creciente de las condiciones de vida de la población, el sector empresarial debe aportar iniciativas y esfuerzos que, al generar empleo, faciliten oportunidades de bienestar y de progreso a un número cada vez mayor de panameños”, señala mediante un comunicado.
Además, “reitera su llamado a no perder más tiempo en quejas y lamentaciones sobre lo que ha dejado de hacerse por el país y pasar a las acciones concretas que, de una vez por todas, traigan consigo los cambios que reclaman las necesidades y las realidades del entorno nacional. En lo inmediato, además, deben asegurarse las condiciones que permitan llevar el crecimiento de nuestra economía a más de un 5% durante el año que transcurre.
“En cuanto a la iniciativa del Órgano Ejecutivo de introducir una quinta papeleta para instrumentar cambios a la Constitución Nacional, nuestro gremio insiste en su propuesta de hacer tales reformas a través de dos legislaturas continuas como una vía menos compleja para ello, siendo siempre prerrogativa del próximo Presidente de la República convocar a las consultas públicas que considere apropiadas en esta materia”.
Además, incluir una quinta papeleta requiere de educación sobre lo que implica la misma y las posibles repercusiones que contemplaría. A escasos cuatro meses para las elecciones generales, creemos que no se cuenta con el tiempo necesario para esto. En estos momentos, el Tribunal Electoral debe concentrarse en la planificación, desarrollo y ejecución de unas elecciones en paz y transparentes.
En ese orden de ideas, los panameños debemos proponernos alcanzar los estándares de los países que concurren a las justas electorales para renovar periódicamente sus instituciones, sin incertidumbres que alteren o traumaticen el desempeño de sus economías o su estabilidad normal.
Esa tarea corresponde, en primer lugar, a las fuerzas políticas, convocadas a convertirse en entidades que privilegien el respeto por los ciudadanos y promuevan valores y principios que, a su vez, estén comprometidas con el bien común y los propósitos de la sociedad. De otra manera, continuarán siendo maquinarias clientelistas y ajenas por esencia a la naturaleza de una democracia verdadera.
Con cada nuevo torneo electoral, Panamá debe avanzar hacia la modernización estructural y orgánica que reclama la dimensión e importancia que actualmente escala en la escena internacional. Esto depende, como es obvio, de la visión de futuro de quienes aspiran a conducir los asuntos nacionales, y de su capacidad como estadistas para llevar, de las promesas a la práctica, sus ofertas electorales.