El número de fallecidos por la explosión de un ducto de combustible en el central estado mexicano de Hidalgo subió a 89, informaron este lunes las autoridades.
“Hemos tenido cuatro fallecimientos más, que sumados a los 85 que se anunciaron (el domingo), hoy son de 89”, dijo en conferencia de prensa el ministro de Salud de México, Jorge Alcocer.
El funcionario dijo que todavía hay 55 personas hospitalizadas. “Estamos atendiendo con el compromiso de dar la mejor atención y que, desde nuestro, punto de vista, todavía tienen muchos de ellos posibilidades de salvar la vida”, dijo.
La tarde del viernes, el ducto fue perforado por delincuentes que provocaron la salida de un potente chorro de gasolina, semejante a un géiser, según imágenes de medios locales.
La fuga atrajo a unos 700 pobladores de la localidad de Tlahuelilpan, incluidas familias enteras, que con baldes y bidones recolectaban la gasolina cuando los sorprendió la explosión.
El domingo, comenzaron a celebrarse los funerales de algunos fallecidos, mientras otras familias siguen buscando a sus seres queridos en distintos hospitales o esperan resultados de pruebas genéticas para poder reconocerlos.
El gobierno estatal dijo el domingo que el proceso de identificación de los cuerpos puede llevar días, semanas o meses.
El desastre ocurre cuando el gobierno del izquierdista López Obrador aplica una estrategia para combatir el robo y tráfico de combustible, conocido popularmente como “huachicoleo”, delito que genera al Estado pérdidas anuales por unos 3.000 millones de dólares, según datos oficiales.
En tanto, los gobiernos de Estados Unidos y Canadá expresaron sus condolencias a los deudos durante el fin de semana y ofrecieron ayuda a México para afrontar la tragedia.