La actriz y ex primera dama de México Angélica Rivera anunció este viernes que decidió divorciarse del expresidente Enrique Peña Nieto, confirmando versiones publicadas en revistas del corazón en torno a una separación.
“Lamento profundamente esta situación tan dolorosa para mí y para nuestros hijos. Por tal motivo he tomado la decisión de divorciarme”, dijo Rivera en un mensaje publicado en sus redes sociales.
La separación era un rumor insistente desde antes del final del mandato de Peña Nieto el 1 de diciembre. La semana pasada, la revista local “Quién” publicó fotos del expresidente paseando en Madrid en compañía de una modelo mexicana, con quien viviría desde hace un tiempo, según la publicación.
El jueves la edición mexicana de la revista “¡Hola!” informó, citando fuentes cercanas a la pareja, que Rivera y Peña Nieto estarían separados desde diciembre.
“A mi esposo, siempre le entregué con amor mi tiempo y esfuerzo para cumplir como esposa, compañera y madre”, agrega Rivera en el mensaje.
Rivera, de 49 años, contrajo matrimonio con Peña Nieto en noviembre de 2010, cuando era gobernador del central Estado de México por el PRI y su carrera política estaba en pleno ascenso.
El matrimonio con Rivera, por entonces estrella de telenovelas de la poderosa cadena mexicana Televisa, supuso un espaldarazo a la popularidad del político, quien ya era visto como favorito para obtener la candidatura de su partido para las elecciones de 2012.
Con Peña Nieto como mandatario, Rivera asumió el rol tradicional de primera dama, participando en eventos sociales y ocupando desde marzo de 2013 la jefatura del sistema de Desarrollo Integral de la Familia (DIF), cargo habitual de las parejas de los gobernantes mexicanos.
Conocida como “La Gaviota” por uno de sus personajes más populares, Rivera se convirtió en 2014 en el centro de una las crisis más costosas para la administración de Peña Nieto.
Una investigación periodística reveló que estaba comprando una lujosa mansión en Ciudad de México a un contratista gubernamental, muy cercano a Peña Nieto, en condiciones financieras ventajosas.
El escándalo de la llamada “Casa Blanca” atizó las sospechas de corrupción que rodean a políticos del PRI y llevó a Rivera a dar un mensaje público en el que afirmó que compraba la mansión con el fruto de su trabajo, pero que la vendería para evitar un daño a su familia.
En un balance de su gestión, Peña Nieto reconoció en agosto pasado que “nunca” debió permitir que su esposa saliera a dar explicaciones ya que era su responsabilidad como presidente.
La pareja tiene seis hijos, fruto de anteriores compromisos: tres mujeres hijas de Rivera, y dos mujeres y un varón de Peña Nieto.