El negociador de la Comisión Europea para el Brexit advirtió el sábado que los europeos debían ser conscientes del riesgo que supondrán para la estabilidad financiera el proceso de salida del Reino Unido, que se augura difícil
El viernes por la noche, el diario británico The Guardian recogía que Michel Barnier, negociador de la Comisión Europea para el Brexit, había dicho a sus colegas del Parlamento Europeo que debían cerrar un acuerdo “especial” con el sector financiero británico para que la liquidez siga fluyendo hacia el continente.
En un mensaje en su cuenta de Twitter, el negociador precisó el sábado que no se refería a un acuerdo con la City de Londres, el distrito financiero de la capital británica.
“La UE debe ser particularmente vigilante en cuanto al riesgo para la estabilidad financiera, no un acuerdo especial para tener acceso a la City”, tuiteó.
Según un acta no publicada de la conversación entre Barnier y los parlamentarios europeos, consultada por The Guardian, el francés habría explicado que quería garantizar que los bancos, empresas y gobiernos de los 27 países miembros de la UE sigan teniendo acceso al sector financiero de la City después de que el Reino Unido salga del bloque.
Sin embargo, un portavoz de la Comisión Europea dijo al diario que estas minutas “no reflejan con precisión lo que dijo el señor Barnier”.
Los líderes europeos han señalado al sector financiero como un punto débil para Londres en las negociaciones.
“En esta área se tiene que hacer un trabajo muy específico”, dijo Barnier en las minutas.
“Todavía hay vínculos específicos/especiales que necesitan ser analizados fuera del esquema de las negociaciones… para evitar la inestabilidad financiera”, agregó la pauta.
Con todo, el martes el presidente del Banco de Inglaterra, Mark Carney, advirtió que los europeos también tienen mucho que perder si no se llega a un acuerdo, defendiendo que había más “riesgos de inestabilidad financiera para el continente en el corto plazo, durante la transición, que para el Reino Unido”.
El banquero señaló que tres cuartos del comercio cambiario, la mitad de los préstamos y la mitad de las transacciones de valores tenían sede en la capital británica.
Sin embargo, Barnier también reiteró en la reunión que el Reino Unido no podrá elegir qué partes de la UE quiere y cuáles no en las negociaciones.
Un influyente grupo de parlamentarios que conforman la comisión para el Brexit pidió a la primera ministra, Theresa May, que publique antes de mediados de febrero una hoja de ruta con el plan para salir de la UE.
May prometió activar el artículo 50, que regula el procedimiento para salir de la UE, a finales de marzo, dando inicio a la negociación.
Un portavoz del gobierno celebró la iniciativa aunque especificó que Londres “tiene previsto presentar los planes, con la precaución de no perjudicar la posición del Reino Unido en las negociaciones, antes de finales de marzo”.