Pese al repentino cambio de política migratoria, la nueva norma no afecta a la mayoría de los ciudadanos europeos, quienes pueden visitar el país sin visa por estadías cortas.
Panamá derogó una norma que permitía ingresar al país a extranjeros sin visa de turista por poseer visados de la Unión Europea, por lo que ahora deberán tramitar el permiso ante el país centroamericano, según un nuevo decreto.
El repentino cambio de política, del que informaron este sábado los medios panameños, se produce un mes después de que la vecina Costa Rica tomara una medida similar.
Sin embargo, la nueva norma no afecta a la mayoría de los ciudadanos europeos, quienes pueden ingresar a ambos países centroamericanos sin visa por estadías cortas. Los estadounidenses también pueden ingresar sin visa.
En tanto, el decreto, firmado por el presidente panameño Juan Carlos Varela el 28 de diciembre, elimina el visado de turista a extranjeros “que posean visas para ingresar o residencia vigente” de Estados Unidos, Australia, Canadá o Gran Bretaña, y haber sido utilizada para ingresar a esos estados.
El texto argumenta que con esta normativa Panamá “se propone dedicar la mayor parte de recursos disponibles para el control migratorio, el fortalecimiento de los mecanismos de verificación y control de inmigrantes de nacionalidades que tienen mayor incidencia en el índice de seguridad del país”.
No está claro si el cambio de política fue notificado con anticipación a las embajadas de la UE en Panamá, que funge como centro regional aéreo al que llegan muchos vuelos de Europa.
En Costa Rica, la embajada francesa dijo que ni esa legación ni la de la UE en ese país fueron notificadas de los cambios anunciados el 13 de diciembre.
Las nuevas restricciones en Panamá y Costa Rica se producen luego de que ciudadanos cubanos y de otras nacionalidades quedaran varados en sus territorios en su ruta a Estados Unidos, que a su vez busca reducir el flujo de migrantes hacia su territorio a través de América Central y México.
El jueves, el presidente saliente de Estados Unidos, Barack Obama, acabó con la política que permitía a los ciudadanos cubanos obtener la residencia pese a haber ingresado en forma clandestina, y tratarlos como a los inmigrantes de cualquier otra nación.
Estados Unidos también destinó 750 millones de dólares en ayuda para mejorar la seguridad y las condiciones en los países centroamerticanos, y así reducir el flujo de migrantes hacia su territorio.
El viernes próximo Obama entrega el poder a su sucesor Donald Trump, quien prometió doblegar la inmigración hacia Estados unidos.