La Unión Europea (UE) intenta este viernes superar la división entre Francia y Alemania sobre el inicio de una negociación para un acuerdo comercial limitado con Estados Unidos y hablar con una sola voz frente a un imprevisible presidente estadounidense, Donald Trump.
Los 28 ministros europeos de Comercio abordan en Bucarest por primera vez esta negociación, días después que Trump aumentara la presión sobre ellos asegurando que si no alcanza un acuerdo con la UE, impondrá aranceles a los vehículos europeos.
Alemania, que busca evitar esta medida en un sector vital para su economía, espera una señal fuerte de los ministros. “Veamos hasta dónde podemos llegar”, aseguró su ministro de Economía, Peter Altmaier, a su llegada a la reunión en la capital rumana.
“Mi intención no es de precipitar las cosas, [sino] alcanzar un amplio consenso”, incluido “con mi homólogo francés”, agregó. Francia de hecho se demora en este sensible tema, en plena crisis de los “chalecos amarillos” y a tres meses de las elecciones europeas.
La situación es mucho más compleja, máxime cuando los europeos, con el presidente francés Emmanuel Macron en cabeza, no han cesado de repetir que no negociarían “con una pistola en la cabeza”.
“No fue la UE la que volvió a pone 20 centavos en la máquina de discos hace unos días”, dijo el secretario de Estado francés, Jean-Baptiste Lemoyne, en referencia a la amenaza de Trump. “La UE no negocia bajo amenazas”, agregó antes de la reunión.
Además de Francia, España, afectada por los aranceles a su juicio injustificados de Estados Unidos a sus aceitunas, y Bélgica, dividida por el acuerdo de la UE con Canadá, se muestran también un poco reticentes.
A pesar de esas voces discordantes, la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, cuyos servicios negocian en nombre de los 28, espera obtener un mandato de negociación a partir de marzo.
– Acuerdo antes de octubre –
La Eurocámara, cuyo papel es consultivo, podría pronunciarse sobre el mandato de negociación “a principios de marzo”, estimó Malmström. “A continuación, los ministros deberían adoptar una decisión rápidamente”, apuntó.
“Y si iniciamos las negociaciones ahora, pienso que el acuerdo podría concluirse durante el mandato” de la Comisión, que termina a finales de octubre, agregó la responsable comunitaria.
Pero Lemoyne dejó entrever la prudencia francesa. “Hay que esperar a la Eurocámara, escucharla. Los líderes se reunirán un poco más tarde”, en una cumbre europea el 21 y 22 de marzo. “Hoy es una primera discusión política. Podría haber otras”, aseguró.
La idea de un acuerdo entre la UE y Estados Unidos, que solo abarcaría los bienes industriales y no la agricultura, se fraguó durante una visita en julio del titular de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, a Trump, cuando este amenazaba con imponer los vehículos europeos.
Ante la sorpresa general, ambos lograron cerrar una tregua comercial y se comprometieron a trabajar sobre ello.
Bruselas asegura que un acuerdo de este tipo aumentaría los intercambios en 53.000 millones de euros para 2033, un grano de arena en el comercio a ambos lados del Atlántico.
Pero el pacto debería también implicar el levantamiento de los pesados aranceles impuestos hace varios meses al acero y aluminio europeos.
Las discusiones no avanzaron mucho desde julio, con Estados Unidos concentrado en otro frente comercial frente a China y con unos europeos globalmente satisfechos del frágil equilibrio con Washington.
Pero el informe del departamento de Comercio norteamericano sobre la industria automotriz europea entregado el domingo a Trump aumentó la presión sobre la UE, pese a que su contenido es confidencial.
La Comisión ya advirtió que respondería rápidamente si Washington aumenta los aranceles a los vehículos europeos. Para ello, cuenta con una lista de bienes estadounidenses para imponer nuevos aranceles por un monto de 20.000 millones de euros.