Con 27 años, Tyler Blevins, alias ‘Ninja’, está en su mejor momento. El éxito fulgurante de Fortnite le ha convertido en una gran celebridad: la primera que es un jugador profesional de videojuegos.
Siendo más joven, como muchos adolescentes, pasaba horas delante del ordenador en el sótano de la casa familiar en Chicago. Ahora se codea con Neymar, Drake o Travis Scott, viaja por todo el mundo, es patrocinado por Red Bull y le invitan a los grandes platós de las televisiones de Estados Unidos.
Los mayores de treinta años ignoran su existencia pero pregunte a la gente de entre 10 y 25 años: si son aficionados de los videojuegos solo le conocen a él y su pelo fosforescente. En la plataforma Twitch le siguen 13 millones de personas y, en Youtube, 20 millones.
A fuerza de manejar el ratón y el teclado se ha convertido en el jefe de Fortnite, éxito planetario que ha empujado al mundo de los videojuegos desde su lanzamiento en 2017. Hoy, nadie mejor que él maneja el modo ‘Battle Royale’ del juego y decenas y cientos de miles de personas se conectan cada día para verlo jugar.
“Empecé a jugar a Fortnite y lo encontré divertido. Es gratuito, lo que es genial, y simplemente me enamoré del juego”, dice en una entrevista con la AFP.