Para la CIDH en la actualidad “existe una ausencia del Estado de Derecho” y una falta de una separación efectiva de los poderes estatales.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) agregó a Nicaragua en la lista negra violaciones a los derechos humanos, según su informe anual presentado este jueves, después de que en diciembre un grupo de expertos denunció que en la represión de las protestas se cometieron crímenes de lesa humanidad.
“La CIDH ha seguido con especial atención el progresivo deterioro de la situación de los derechos humanos en Nicaragua, en particular desde el inicio de los actos de violencia ocurridos a partir del 18 de abril de 2018 en el marco de la represión estatal a las protestas”, dijo el organismo.
En el informe de este ente autónomo de la Organización de Estados Americanos (OEA), Cuba y Venezuela repiten en el apartado de Estados que reprueban en el cumplimiento de los derechos humanos.
La ola de manifestaciones que comenzó como un movimiento contra una reforma de la seguridad social y derivó en un momento de protesta más amplio contra el gobierno fue duramente reprimida con un saldo de 325 muertos, 2.000 heridos y 52.000 exiliados, según organismos de derechos humanos.
También denunció la obstaculización de la atención médica a los manifestantes, detenciones arbitrarias de jóvenes que participaron en protestas, estigmatización, medidas de censura y amenazas contra líderes de movimientos sociales.
La CIDH también señaló la “falta de diligencia en el inicio de las investigaciones respecto de los asesinatos”.
En junio, la CIDH articuló el Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (MESENI) con el objetivo de mantener un monitoreo en terreno de la situación y después anunció la instalación del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) para apoyar la investigación de las muertes.
En el informe final el GIEI denunció que entre el 18 de abril y el 30 de mayo de 2018, en Nicaragua se cometieron “crímenes de lesa humanidad”. Dos días antes, este grupo de investigación había sido expulsado de Nicaragua por el gobierno de Daniel Ortega.
Actualmente el gobierno se encuentra en un proceso de diálogo con la oposición.
El representante alterno de Nicaragua ante la OEA, Luis Alvarado, criticó la “parcialidad” y el “doble rasero” del informe.