Un hermano del expresidente de Panamá Ricardo Martinelli acudió, este miércoles, a la Fiscalía Especial Anticorrupción para declarar en relación con los millonarios sobornos pagados en ese país por la empresa brasileña Odebrecht para lograr contratos
El empresario Mario Martinelli llegó de forma voluntaria y en compañía de su abogado a las oficinas de la Fiscalía en el centro de la capital panameña, donde permaneció unas ocho horas.
“Tengo que regresar el viernes”, dijo a su salida. Horas antes había manifestado que no era “ningún delincuente” y que no tenía “nada que ver” con el escándalo de Odebrecht.
Mario Martinelli tiene medida cautelar por otro caso de supuesta corrupción durante la gestión de su hermano, quien no dudó en defenderlo a través de su cuenta de Twitter.
“Él no tiene nada que ver”, escribió el exgobernante.
Martinelli acudió a declarar después de que la procuradora general de la nación, Kenia Porcell, anunciara que se han formulado cargos contra 17 personas por el escándalo de Odebrecht en Panamá.
Aunque la funcionaria no reveló los nombres, aduciendo reserva de sumario, precisó que incluye tres exfuncionarios “de alta jerarquía”, ocho empresarios panameños, cinco empresarios de otras nacionalidades y un oficial de la banca privada.
Varios medios locales publicaron una presunta orden de arresto por este caso contra dos hijos del expresidente Martinelli, Ricardo y Luis Enrique.
“Ellos no están huyendo” y estarán aquí “dando la cara” cuando “estimen conveniente”, dijo Cristóbal Arboleda, abogado de Luis Enrique Martinelli, quien también acudió a la Fiscalía para conocer el expediente.
El exministro de Obras Públicas José Suárez y el exdirector de la Caja del Seguro Social Guillermo Sáez Llorens, quienes ejercieron sus cargos durante el gobierno de Martinelli (2009-2014), también llegaron a la Fiscalía para declarar por este escándalo, de alcance internacional.
Odebrecht pagó en Panamá, entre 2010 y 2014, más de $59 millones en sobornos a cambio de contratos valorados en más de $175 millones, según el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
El expresidente Martinelli, quien vive un exilio voluntario en Miami, es requerido por la justicia panameña por espionaje a opositores y es investigado por múltiples escándalos de corrupción durante su gobierno.
Odebrecht, a la que el gobierno panameño prohibió licitar en el país, se comprometió a reintegrar el dinero entregado en comisiones.