La AFP escribió a sus abogados para confirmar la información, pero hasta ahora no han respondido.
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, preso por corrupción desde abril de 2018, está enamorado y si sale de prisión lo primero que hará es casarse, dijo el exministro de Hacienda Luiz Carlos Bresser-Pereira, tras visitar al exmandatario en la cárcel.
“Él está en óptima forma física y psíquica (…) Su mayor demanda es que sea reconocida su inocencia”, escribió el exfuncionario en su perfil de Facebook, al contar sobre la visita realizada el jueves al exmandatario de 73 años en la policía federal de Curitiba (sur).
Y siguió con un detalle más personal: “Está enamorado y su primer proyecto al salir de prisión es casarse”, afirmó el exministro de Ciencia y Tecnología durante el segundo gobierno de Fernando Henrique Cardoso.
Según un periodista de la revista Época, la enamorada visita a Lula en la prisión seguido y tendría en torno a los 40 años.
La AFP escribió a sus abogados para confirmar la información, pero hasta ahora no han respondido.
En los próximos meses, Lula podría beneficiarse de un régimen semiabierto, luego de que el 23 de abril un tribunal de apelaciones en Brasilia redujera su condena de 12 años y un mes de cárcel a 8 años y 10 meses.
El exmandatario, viudo desde febrero de 2017, es candidato a este beneficio tras haber cumplido un sexto de su condena. Sin embargo sobre él pesa otra condena en primera instancia, y otras causas en la justicia.
A inicios de mayo, Lula ya afirmó que pedirá pasar al régimen semiabierto, en una de las primeras entrevistas que concedió en prisión desde que fue detenido, dos semanas después de que el Supremo Tribunal Federal (STF) le autorizara hablar con los medios
“Lo voy a pedir. Quiero ir para casa. Ahora bien, si tengo que renunciar a seguir en la lucha por mi defensa, no tengo ningún problema en seguir aquí”, había dicho.
En 2017, su entonces esposa Marisa Lula da Silva falleció a los 66 años tras padecer un accidente cerebro vascular. Desde entonces el líder de izquierda encadenó una serie de tragedias personales y reveses políticos.
Lula fue condenado por corrupción pasiva y lavado de dinero, como beneficiario de un apartamento en el litoral de Sao Paulo a cambio de favorecer a una constructora en contratos con la estatal Petrobras.