La escritora e ilustradora británica Judith Kerr, autora del famoso libro infantil “El tigre que vino a tomar el té”, del que se vendieron millones de ejemplares en todo el mundo, murió a los 95 años.
“Con mucha tristeza tenemos que anunciar la muerte de nuestra querida autora e ilustradora, Judith Kerr”, anunció el jueves en Twitter la editorial británicaHarperCollins.
Nacida en Berlín el 14 de junio de 1923, Kerr había huido precipitadamente de Alemania con su familia a principios de los años 1930 después de que un policía avisase a su padre, el prominente dramaturgo judío Alfred Kerr, de que estaban bajo la amenaza del creciente poder nazi, contra el que se había mostrado muy crítico.
Primero viajaron a Suiza y de allí se refugiaron en París antes de instalarse definitivamente en Londres en 1936.
Autora de muchos clásicos de la literatura infantil como “Cuando Hitler robó el conejo rosa” y “Mog el gato olvidadizo”, Kerr falleció en su casa el miércoles “tras una breve enfermedad”, precisó la editorial.
Kerr, una de las escritoras de literatura infantil más queridas en el Reino Unido, siguió trabajando pasados los 90 años y el año pasado afirmó en una entrevista a la AFP que incluso había acelerado el ritmo de su trabajo en la vejez, inspirándose en los acontecimientos de su larga vida.
Empezó a dibujar cuando era muy pequeña y siempre vivió rodeada de lápices de colores.
– La vida como aventura –
“Ha sido un gran honor y privilegio conocer y publicar a Judith Kerr” que “abordó la vida como una gran aventura y vivió cada día al máximo”, afirmó la editora ejecutiva de sus libros infantiles, Ann-Janine Murtagh.
La obra más internacionalmente conocida de Kerr es “El tigre que vino a tomar el té”, publicada en 1968 en el Reino Unido y que se convirtió en un clásico mundial de los libros para niños, traducido a más de 30 idiomas y del que se vendieron al menos cinco millones de ejemplares.
Primer libro con ilustraciones de la propia Kerr, el libro cuenta la historia de una niña, Sofía, y su madre que ven su merienda de la tarde interrumpida por la irrupción en su cocina de un tigre enorme y suave que engulle todo lo que ve antes de desaparecer para siempre.
“Era un cuento para la noche que inventé para mi hija cuando ella tenía tres años”, había explicado a la AFP esta nonagenaria de cabello canoso rizado y sonrisa pícara, en su casa al sur de Londres, donde crió a sus dos hijos, Tacy y Matthew.
Su esposo, el guionista inglés Nigel Kneale, fallecido en 2006, estaba de viaje y sin él Kerr y su hija estaban “muy aburridas”. “Esperábamos que llegase alguien y pensé que un tigre sería divertido”, afirmaba.
Reconocida con numerosas recompensas, la autora recibió en 2012 la Orden del Imperio Británico por sus servicios a la literatura infantil y a la educación sobre el Holocausto.
“Era una artista y narradora brillante que nos ha dejado una obra extraordinaria”, dijo de ella el director ejecutivo de HarperCollins, Charlie Redmayne.
La huida de la Alemania nazi cuando tenía nueve años fue para la pequeña Judith y su hermano como una aventura y no fue hasta mucho más tarde cuando entendieron la angustia con la que la vivieron sus padres.
En la semiautobiográfica “Cuando Hitler robó el conejo rosa” (1971), la escritora contó esta odisea: en plena huida, una niña solo puede llevar consigo un juguete y tiene que abandonar a su conejo favorito. El libro figura desde hace tiempo en los programas escolares en Alemania.