No son solo los uniformes —azul y el rojo granate— los que identifican instantánea e instintivamente a quienes representan al legendario sistema de juveniles del Barcelona.
MADRID —También es la forma en la que juegan, cómo les han infundido el estilo del club que es evidente a partir de los resultados que han registrado esta temporada: treinta partidos jugados, treinta partidos ganados, una cantidad de goles que parecería improbable, 329, anotados en una liga conformada en gran medida por equipos de distintas partes de Cataluña.
Solo hay un aspecto en el cual este equipo puede ser marcado como diferente de todas las demás escuadras del F. C. Barcelona llenas de aspirantes que visten el famoso uniforme, que sueñan con seguir los pasos de Xavi Hernández, Gerard Piqué, Andrés Iniesta y todos los demás: este es un equipo de chicas que juegan, y dominan, en una liga de chicos.
Esta temporada, por primera vez, el Barça decidió inscribir a sus equipos femeniles Sub-12 y Sub-14 en las ligas locales varoniles. No es la primera vez que lo hace un equipo español: ha sido la política de los clubes juveniles del Atlético de Madrid desde hace algún tiempo y hace poco el Athletic Bilbao también adoptó la idea.
Sin embargo, el Barcelona ha quedado tan impresionado con los resultados que, a partir de la próxima temporada, hará lo mismo con su equipo femenil Sub-10. Por supuesto, la motivación es que las jugadoras mejoren: el club cree que exponerlas a un entorno diferente acelerará su progreso.
“Cuando las chicas juegan en ligas varoniles, están más presionadas en sus partidos”, dijo María Teixidor, integrante del consejo del Barcelona que es responsable de las ramas femeniles entre muchas otras cosas. “En verdad las hace desempeñarse mejor”.
Los resultados de esta temporada sugieren que las chicas cumplieron de sobra con el desafío: el Barcelona ganó la liga de nivel Sub-12 (la Aleví es como se le conoce en Cataluña) por una diferencia de catorce puntos, tras ganar todos sus partidos. Celia Segura, la delantera estrella del equipo, marcó 121 goles, más del doble que su contendiente más cercano.
Tal vez ese éxito generó cierto grado de resentimiento entre los oponentes derrotados, pero Teixidor insistió en que no era el caso. Las reglas de las autoridades del fútbol español establecen que, hasta que los jugadores alcancen el grupo Sub-16, se permite la mezcla de géneros —Teixidor dijo que ahora el club también intentaría tener sesiones de entrenamiento conjuntas con los equipos varoniles y femeniles— y por lo tanto ningún club se ha opuesto a la idea.
Tampoco ha habido amargura de parte de los chicos vencidos. “El efecto ha sido otro”, dijo Teixidor: “A los chicos les ayuda a normalizar que las chicas jueguen fútbol al mismo nivel que ellos. A las chicas les sirve para sentirse empoderadas y que no hay ninguna razón que les impida jugar al mismo nivel”.
Las futbolistas juveniles del Barcelona no siempre han recibido el mismo apoyo en la búsqueda de su pasión: una recordó que le dijeron que no tenía permitido jugar con niños en la escuela y que una maestra le explicó que el fútbol no era un pasatiempo adecuado para las niñas.
Del mismo modo que el Atlético de Madrid y el Atlético de Bilbao, el Barcelona está invirtiendo cada vez más en el fútbol femenino: intenta reproducir en el desarrollo de las futbolistas los mismos métodos que han producido éxitos tan grandes en el desarrollo de los futbolistas varones. La oportunidad de que las niñas se enfrenten a los niños es tan solo un aspecto de esa estrategia; también quedaron atrás los días en que los equipos femeninos debían entrenar a altas horas de la noche, para no interrumpir el horario de los equipos varoniles.
“Es parte de un llamado mundial de las mujeres a tener igualdad de condiciones en todos los aspectos de la vida”, dijo Teixidor. “Es nuestra responsabilidad como club e institución social aportar a esa causa en lo que podamos. Además, está funcionando: no nos extraña nada que, cuando las mujeres gozan de las mismas condiciones para triunfar que los hombres, tienen un mejor rendimiento”.