El exjuez y actual ministro de Justicia de Brasil, Sergio Moro, afirmó este miércoles que los supuestos diálogos divulgados por The Intercept Brasil constituyen un ataque “sensacionalista” y un “revanchismo” por su trabajo, y no cuestionan su imparcialidad al frente de la operación Lava Jato.
“Pensé que saliendo de la magistratura y al asumir una posición de ministro, ese revanchismo, esos ataques a mi trabajo como juez que enfrentó la corrupción aplicando la ley, se acabarían. Pero por lo visto, me equivoqué”, afirmó Moro en una sesión de la Comisión de Constitución y Justicia del Senado.
“Hubo una invasión criminal [de teléfonos celulares] por parte de un grupo organizado con el objetivo de invalidar condenas por corrupción y lavado de dinero u obstruir investigaciones en curso, que pueden afectar a personas poderosas, o simplemente atacar las instituciones brasileñas”, agregó el ministro, quien no reconoce la autenticidad de los mensajes, pero asegura que, de ser verdaderos, no muestran ninguna actitud incorrecta de su parte.
La primera salva de filtraciones de presuntos mensajes de Moro y fiscales de Lava Jato apuntaron a la imparcialidad del exjuez de la mayor operación anticorrupción de la historia de Brasil y sugieren que pudo haber conspirado para mantener al expresidente de izquierda Luiz Inácio Lula da Silva fuera de la carrera presidencial de 2018.
Según The Intercept, los mensajes “muestran, entre otros elementos, que los fiscales de Lava Jato hablaban abiertamente sobre su deseo de impedir la victoria electoral del Partido de los Trabajadores (PT)” y que “el juez Sergio Moro colaboró de forma secreta y antiética con los fiscales de la operación para ayudar a montar la acusación contra Lula”.
Lula fue condenado por Moro en 2017 a 9 años y medio de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero; dicha condena fue confirmada por un tribunal de apelaciones y fue detenido en abril de 2018; su pena fue confirmada por una corte superior, pero reducida a 8 años y 10 meses.
– “No conocía a Bolsonaro” –
Las elecciones fueron ganadas por el ultraderechista Jair Bolsonaro, quien designó ministro de Justicia a Moro, convertido en símbolo de lucha contra la impunidad.
Moro negó este miércoles haber tenido contacto alguno con Bolsonaro al proferir su primera sentencia, en julio de 2017.
“No conocía al presidente Jair Bolsonaro. Hubo un encuentro casual en un aeropuerto, si no me equivoco en 2016, en un aeropuerto. Me lo crucé rápidamente y lo saludé. Nos encontramos nuevamente el 1 de noviembre de 2018, cuando formalizó su invitación para ser ministro”.
También alegó que en el sistema judicial brasileño, donde el magistrado encargado de la instrucción de un proceso es el mismo que luego juzga el caso, “no es inusual que un juez converse con un abogado, con un fiscal, con la policía”.
“Aunque no reconozca que los mensajes son auténticos o que puedan haber sido parcial o totalmente adulterados, muchas personas no identificaron, contrariando el sensacionalismo del sitio [The Intercept], ilícitos ni cualquier especie de desvío ético”, sostuvo Moro, quien afirma no utilizar Telegram desde 2017 y no poseer más los supuestos mensajes.
El periodista estadounidense radicado en brasil Glenn Greenwald, cofundador de The Intercept, rebatió a través de Twitter las declaraciones del ministro.
“Nadie alegó jamás, y mucho menos probó, que cualquier cosa que publicásemos fuese alterada. Es porque todos -especialmente Moro y los miembros de Lava Jato- saben que son auténticos”, escribió Greenwald.
The Intercept Brasil asegura que esa fue apenas una primera salva, pues dispone de más mensajes en espera de divulgación.
“Ya empezamos a trabajar con otros periódicos, revistas y periodistas en esos materiales”, añadió Greenwald, cuyo sitio ha ido divulgado las revelaciones con cuentagotas.
La operación Lava Jato, que desde 2014 ha puesto al descubierto una vasta red de sobornos pagados por constructoras a políticos para obtener contratos con la estatal Petrobras, colocó a prominentes empresarios y políticos de todo el espectro tras las rejas.
Sus críticos afirman que Moro apuntó más contra el expresidente y el PT que contra los demás.
“Nunca actué en ese proceso movido por cuestiones ideológicas o político-partidarias”, reiteró Moro este miércoles.