Las delegaciones del gobierno de Nicolás Maduro y la oposición anunciaron este jueves que avanzan en el diálogo para resolver la crisis venezolana con la mediación de Noruega, y se comprometieron con el país europeo a actuar con discreción.
Luego de cuatro días de conversaciones en Barbados, las partes emitieron escuetas declaraciones por separado para reiterar que la negociación continúa, aunque sin aclarar si la ronda en la isla caribeña concluyó.
“Seguimos en los diálogos y ratificamos el pleno respeto a las pautas establecidas. Exhortamos a todas y todos para que se cuide este esfuerzo de negociación entre venezolanos”, señaló en su cuenta de la red Twitter Jorge Rodríguez, ministro de Comunicación y jefe de la delegación de Maduro.
Casi simultáneamente se pronunció el diputado Stalin González, representante de Guaidó, reconocido como presidente encargado de Venezuela por medio centenar de países encabezados por Estados Unidos.
“Ratificamos mensaje del Gobierno del Reino de Noruega. Junto a la comunidad internacional y gracias a la movilización ciudadana de los venezolanos, seguimos avanzando para buscar el fin al sufrimiento de nuestro pueblo y elegir nuestro futuro en libertad”, indicó González también en Twitter.
Previamente, el ministerio noruego de Relaciones Exteriores informó en un comunicado que los delegados “continúan las negociaciones iniciadas en Oslo (en mayo) en el marco de una mesa que trabaja de manera continua y expedita”.
“Acentuamos la necesidad de que las partes tomen la máxima precaución en sus comentarios y declaraciones respecto al proceso, en cumplimiento de las pautas establecidas”, añadió el texto.
Oslo subrayó que, “por el bien de las negociaciones”, las partes deben tener el “espacio necesario para avanzar en un ambiente constructivo y que la confidencialidad del proceso sea respetada por todos”.
Tras acercamientos exploratorios y un primer cara a cara en Oslo a mediados de mayo, las partes trasladaron el diálogo el 8 de julio a Barbados.
La oposición busca en las negociaciones la salida de Maduro y una nueva elección, al considerar que su segundo período, iniciado en enero pasado, resultó de comicios fraudulentos.
Pero el mandatario socialista descarta renunciar y advierte que el diálogo debe apuntar a la “convivencia democrática” y a poner fin al “golpismo” de sus adversarios y los supuestos planes de Washington para apoderarse de la mayor reserva de petróleo.
Durante el gobierno de Maduro, Venezuela se hundió en la peor crisis social y económica de su historia moderna, lo que obligó a cuatro millones de personas a emigrar desde 2015, según la ONU.
El heredero del fallecido Hugo Chávez (1999-2013) culpa de la debacle a una “guerra económica” y a sanciones de Estados Unidos, que incluyen un embargo petrolero desde abril.
El pasado martes, la Unión Europea (UE) amenazó con imponer nuevas sanciones a Venezuela si no se registran “resultados concretos” en la negociación, lo que fue agradecido por Guaidó y rechazado por Caracas como una maniobra para “entorpecer” una salida pacífica.