PAOLI, Pensilvania — Gabriel Weinberg tiene la mirada puesta contra Google desde un pequeño edificio que parece un castillo falso y está ubicado unos 30 kilómetros al oeste de Filadelfia. Un optometrista tiene una oficina en el piso de abajo.
DuckDuckGo, la empresa de Weinberg, se ha convertido en uno de los adversarios más combativos de Google pues desde que comenzó sus operaciones, hace más de una década, ofrece un motor de búsqueda alternativo que está enfocado en la privacidad.
DuckDuckGo aún tiene un porcentaje diminuto del mercado, aproximadamente del uno por ciento en comparación con el 85 por ciento que acapara Google, de acuerdo con el sitio estadístico StatCounter. Sin embargo, la participación de DuckDuckGo se ha triplicado a lo largo de los últimos dos años y ahora maneja alrededor de 40 millones de búsquedas al día. También ha tenido ganancias durante cada uno de los últimos cinco años, comentó Weinberg.
Weinberg, de 40 años, es uno de los detractores más francos de los gigantes del internet. El director ejecutivo de DuckDuckGo en repetidas ocasiones ha hecho un llamado a favor de una nueva legislación enfocada en la privacidad y ha advertido en conferencias y artículos de opinión en diarios sobre los problemas que las grandes compañías pueden causar al dar seguimiento a todo lo que hacemos en línea.
Sin embargo, los desafíos que enfrenta DuckDuckGo reflejan lo difícil que es oponerse a los gigantes tecnológicos y construir un negocio de internet que se enfoque en la privacidad de sus usuarios.
El éxito aún modesto de la compañía después de una década de existencia es un indicio de que, incluso mientras los reguladores en todo el mundo consideran reglas más estrictas para los métodos de rastreo de datos de las grandes empresas tecnológicas, venderles a los consumidores servicios enfocados en la privacidad aún es una batalla cuesta arriba.
Como otras compañías de búsqueda, DuckDuckGo muestra anuncios en la parte superior de cada página de búsqueda. No obstante, a diferencia de otras, no da seguimiento al comportamiento en línea de sus usuarios para personalizar los anuncios.
DuckDuckGo constantemente se encima con el negocio de Google, que va mucho más allá de las búsquedas. DuckDuckGo también debe lidiar con el hecho de que la mayoría de la gente no parece estar dispuesta a renunciar a tanto con tal de recuperar su privacidad, y se siente fácilmente abrumada cuando decide tratar de hacer un cambio.
“Cambiar no es tan fácil como nos gustaría que lo fuera”, dijo Weinberg durante una entrevista en su oficina, para la cual se había puesto pantalones de mezclilla, zapatos deportivos rojos y una camiseta negra de manga corta. “Hay mucha inercia que atrae a la gente de regreso al sistema existente”.
Estas limitaciones se reflejan en las modestas oficinas de DuckDuckGo. La compañía, que tiene 65 empleados, ha llevado a cabo solo dos rondas de recaudación de fondos de inversionistas que han sido relativamente modestas: alrededor de 13 millones de dólares, que equivalen a menos de lo que Google recauda en una hora.
Para la gente a la que le importa la privacidad, DuckDuckGo es un recordatorio de que es posible ofrecer acceso a internet y construir un negocio en línea sin registrar todos los movimientos de los usuarios. También proporciona una visión de cómo luciría el internet si las empresas se vieran obligadas a reducir su monetización de la vigilancia web.
“DuckDuckGo es un ejemplo de un futuro en el que las compañías se ponen del lado de sus usuarios y aun así ganan dinero”, dijo Gennie Gebhart, investigadora en la Fundación Electronic Frontier, una organización sin fines de lucro enfocada en la privacidad y los derechos en línea. “Rebate la idea que hemos sido entrenados socialmente para aceptar, de que es normal entregar toda tu información. DuckDuckGo demuestra que no tiene por qué ser así”.
Hasta ahora, Google ha evitado cualquier enfrentamiento con DuckDuckGo. En 2018, Google agregó a DuckDuckGo como uno de los cuatro motores de búsqueda disponibles de manera predeterminada para los usuarios de Chrome, su explorador de internet.
No obstante, el gigante del internet no ha recibido de buena manera las insinuaciones de DuckDuckGo acerca de que está vendiendo información sobre sus usuarios al mejor postor.
“Los datos que recolectamos hacen que nuestro producto sea más útil para la gente en muchos aspectos, como mejorar nuestro entendimiento de las búsquedas y combatir amenazas como el correo no deseado y el fraude”, dijo Lara Levin, una portavoz de Google. “Hacemos que estos datos se mantengan privados y seguros, y proporcionamos controles para que la gente pueda tomar sus propias decisiones”.
Weinberg comenzó DuckDuckGo en 2008 cuando se encargaba del hogar y de cuidar a sus dos hijos después de tener problemas para hacer que despegaran dos de sus intentos previos de empresas emergentes. Las primeras versiones de DuckDuckGo (su nombre es un guiño al juego infantil “Pato pato ganso”) no se enfocaban de ninguna manera en la privacidad. Cuando tomó esa dirección, solo era atractiva para un pequeño número de defensores de la privacidad.
Sin embargo, después de que Edward Snowden, excontratista de la Agencia de Seguridad Nacional, reveló la exhaustiva vigilancia en línea por parte del gobierno de Estados Unidos en 2013, la privacidad se convirtió en un argumento de ventas. El negocio comenzó a crecer.
DuckDuckGo no es la única empresa emergente que está tratando de aprovechar las preocupaciones en torno a la privacidad. Proton Technologies, una empresa emergente suiza, ofrece una alternativa al servicio de correo electrónico de Gmail. Los exploradores Firefox y Brave están más enfocados en la privacidad que Chrome. Los usuarios de Google Maps pueden cambiar a OpenStreetMap.
El sitio de búsquedas de DuckDuckGo tiene una apariencia similar a la de Google; una caricatura juguetona de la cabeza de un pato, un personaje llamado Dax, remplaza la “G”. Cuando tecleas una pregunta, aparece una lista de enlaces que se parece a la que verías en Google, con definiciones de Wikipedia al principio y mapas proporcionados mediante una asociación con Apple Maps.
Weinberg dijo que el sitio estaba diseñado para que fuera similar a Google, con el fin de facilitar la transición de los nuevos usuarios. Aunque DuckDuckGo no guarda los datos de sus usuarios, puede recabar la ubicación geográfica de cada búsqueda y ofrecer resultados locales para consultas como restaurantes y noticias.
“No creemos que la privacidad evite que demos buenos resultados de búsqueda para nuestros usuarios”, comentó Weinberg.
Convertí DuckDuckGo en mi motor de búsqueda predeterminado mientras realizaba el reportaje de este artículo. En general, no noté ninguna diferencia, aunque me pareció que los mapas y los resultados locales son menos precisos. Además, hubo ocasiones en las que DuckDuckGo no pudo averiguar qué estaba buscando cuando Google sí lo logró, sobre todo respecto de búsquedas menos comunes.
Joseph Turow, profesor de la Universidad de Pensilvania que ha escrito de manera exhaustiva sobre la privacidad, dijo que siempre que había probado DuckDuckGo, se había rendido a los pocos días debido a dudas persistentes sobre la calidad de los resultados.
“Casi me avergüenza decir que no lo uso con más frecuencia”, comentó Turow. “Hay algo en mi cabeza que me dice que tendré mejores resultados de búsqueda con Google, aunque no puedo demostrar si eso es cierto o no”.
DuckDuckGo también se enfrenta a otra realidad difícil del mundo en línea: si visitas DuckDuckGo en el explorador de Chrome, por ejemplo, Google aún registra tus búsquedas. “Es bastante difícil aislar tu motor de búsqueda, en contraste con todas las otras cosas que haces en línea”, dijo Liz Coll, directora de cambio digital de Consumers International, un grupo de defensa del consumidor.
DuckDuckGo también está expandiéndose más allá del motor de búsqueda. El segundo producto más popular de la compañía es un complemento gratuito, o widget, que puede instalarse en cualquier explorador, bloquea los rastreadores invisibles de Google y otras compañías mientras proporciona una calificación de seguridad y privacidad para todos los sitios web.
Weinberg comentó que la incertidumbre sobre qué sí hace Google o no respecto a rastrear lo que hacen sus usuarios es evidencia de que es necesario crear alternativas.
“Todas estas empresas se la pasan diciendo que no es posible hacer dinero sin rastrear a los usuarios”, dijo. “Pero al existir nosotros, al crecer más y tener ganancias, somos prueba viviente de que sí es posible”.