Una vacuna de origen canadiense contra el Ébola, que causó más de 11.000 muertos en África occidental, podría tener “hasta un 100%” de eficacia, declaró la OMS
No apareció ningún caso de ébola entre las cerca de 6.000 personas que recibieron el año pasado esa vacuna en Guinea, frente a los 23 casos de personas no vacunadas. Lo que sugiere “claramente que la vacuna es muy eficaz y podría tener una eficacia de hasta 100%”, declaró a la AFP la doctora Marie-Paule Kieny, subdirectora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El equipo de investigadores de la doctora Kieny calculó que en el caso de una epidemia de grandes proporciones, hay 90% de posibilidades de que la vacuna, denominada rVSV-ZEBOV, sea eficaz en más del 80%.
“Finalmente tras 40 años, tenemos ahora a priori una vacuna eficaz contra la enfermedad del Ébola” comenta el científico estadounidense independiente Thomas Beisbert en la revista médica The Lancet, que publica el viernes los resultados finales del ensayo.
Estos confirman que la vacuna rVSV-ZEBOV presenta una eficacia de 100% en los diez días posteriores a su administración por inyección intramuscular de una dosis en una persona no infectada pero en contacto con enfermos.
Ya habían aparecido en 2015 resultados preliminares en el sentido de que había una fuerte eficacia.
La vacuna, cuyos derechos de comercialización compró la firma estadounidense Merck, podría ser registrada en 2018, luego de que el expediente sea sometido a las autoridades estadounidenses (FDA) y europeas (EMA). El proceso de aprobación estándar es habitualmente de una década y a veces más, subrayó Kieny.
“Si hubiera un caso de ébola y una nueva epidemia, estamos ya listos para responder”, añadió a la prensa.
El ensayo fue llevado a cabo en la región costera de Baja Guinea, que registraba todavía casos de ébola cuando comenzó en 2015.
“Con la vacuna Merck, la protección ocurre muy rápido después de la vacunación, pero no sabemos si la protección sigue seis meses después”, dijo Kieny.
Durante el ensayo no fue posible reunir muestras biológicas de personas vacunadas con la finalidad de analizar su respuesta inmunitaria. Pero otros estudios se llevan a cabo en ese aspecto, especialmente con trabajadores que están en primera línea frente al ébola en Guinea.
El ensayo fue realizado según un método denominado vacunación por anillos, o sea en círculos o grupos de personas que han estado en contacto con un enfermo, primero allegados cercanos, luego personas que estuvieron en contacto con ellos y así sucesivamente y ese fue el método utilizado para erradicar la viruela.
Luego de terminar las pruebas, hubo algunos casos en Guinea, así como en Sierra Leona, y el equipo utilizó la misma estrategia: la vacunación de los contactos, con la autorización de la FDA, para utilizar la vacuna por fuera de un ensayo clínico, explicó Kieny.
En caso de epidemia del Ébola antes de la commercialización de la vacuna, 300.000 dosis de urgencia, gracias a un acuerdo entre la Alianza para las Vacunas-GAVI y Merck, podrían ser suministradas para controlarla y la cantidad de dosis podría alcanzar rápidamente el millón.
Síntomas benignos (dolores de cabeza, fatiga, dolores musculares…), señalados poco después de la vacunación, desaparecieron en unos días.
Dos efectos más serios están relacionados con la vacunación (una reacción febril y una alérgica) y una tercera posible (síndrome gripal), pero con un restablecimiento en los tres casos, sin efecto a largo plazo.
Inicialmente excluidos del ensayo, los niños de más de 6 años resultaron beneficiados. Pero queda por determinar su seguridad para las mujeres encinta y los más pequeños.
Es la primera vacuna antiébola probada con tal eficacia en el terreno, pero otras vacunas serán necesarias, en especial para proteger al personal sanitario garantizando una protección de larga duración, por lo que varias están siendo desarrolladas.
Una vacuna está en curso para proteger contra la cepa Sudán, otra cepa distinta que la denominada Zaire presente en Africa occcidental, según la OMS.
Surgida del sur de Guinea, la reciente epidemia en África occidental es la más grave desde la identificación del virus en África central en 1976, con más de 27.700 casos registrados, de los cuales 11.200 muertes.
Más de 99% de las víctimas se han presentado en Guinea, Sierra Leona y Liberia, donde la enfermedad desorganizó los sistemas de salud y devastó las economías.