Turquía, apoyo de los rebeldes, y Rusia, aliada de Damasco, apadrinaron un acuerdo que permitió que el 30 de diciembre entrara en vigor una nueva tregua. Aunque los combates cesaron en la mayor parte de las regiones, las hostilidades continuaron en Wadi Barada.
Los enfrentamientos entre fuerzas sirias progubernamentales y rebeldes continuaban el jueves cerca de Damasco, en el séptimo día de una tregua cada vez más amenazada por las violaciones, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
“Los combates siguen entre, por un lado, las tropas del régimen y su aliado, el Hezbolá libanés y, por otro, los grupos rebeldes y los combatientes de Fateh Al Sham (ex Frente Al Nosra, rama de Al Qaida en Siria) en la región de Wadi Barada”, señaló el director del OSDH, Rami Abdel Rahman.
Wadi Barada, un sector clave rebelde en el que se encuentran las principales fuentes de abastecimiento de agua potable para la región y sus alrededores, es el objetivo de las fuerzas prorrégimen, que tratan de adueñarse de él.
Las fuerzas del régimen llevaron a cabo el miércoles por la noche “decenas de bombardeos aéreos y disparos de artillería contra sectores de Wadi Barada, matando a un socorrista”, según el OSDH.
Turquía, apoyo de los rebeldes, y Rusia, aliada de Damasco, apadrinaron un acuerdo que permitió que el 30 de diciembre entrara en vigor una nueva tregua. Aunque los combates cesaron en la mayor parte de las regiones, las hostilidades continuaron en Wadi Barada.
El régimen acusa a los rebeldes de “contaminar con diésel” las reservas de agua y de cortar la red de abastecimiento hacia Damasco, que vive problemas graves de escasez desde el 22 de diciembre. Además, defiende que el grupo yihadista Fateh Al Sham, excluido de la tregua, está presente en Wadi Barada, algo que niegan los insurgentes.
Además, el régimen bombardeó el miércoles por la noche varias zonas rebeldes en Guta Oriental, cerca de Damasco, y mató a tres insurgentes, así como en el sector rebelde de Rashidin, al oeste de Alepo, donde abatió a un insurgente, según el OSDH.
El cese de las hostilidades, el enésimo desde que comenzara la guerra hace casi seis años, debería facilitar las negociaciones de paz previstas para finales de enero en Astana (Kazajistán), amenazadas, según Turquía, por las violaciones de la tregua por parte del régimen del presidente Bashar Al Asad.