Los migrantes cubanos irregulares que se encuentran en territorio panameño en tránsito hacia Estados Unidos deberán salir de Panamá, anunció el gobierno luego de que Washington modificara las políticas que favorecían su ingreso, manifestó este viernes una fuente oficial panameña
De acuerdo con el director del Servicio Nacional de Migración, Javier Carrillo, en Panamá hay poco menos de 100 cubanos irregulares que pretenden llegar a Estados Unidos cruzando Centroamérica.
“Ellos en Panamá son irregulares y si no salen se les aplicará la ley migratoria como a cualquier otro extranjero irregular en cualquier país”, dijo Carrillo a la AFP.
El funcionario afirmó que “puede darse la situación de devolverlos a Colombia, por donde entraron, o deportarlos vía aérea hacia Cuba”.
Estados Unidos anunció el jueves la cancelación de la política conocida como ‘pies secos, pies mojados’ que permitía a los migrantes cubanos ingresar sin visa por vía terrestre o marítima y obtener su residencia en un plazo determinado.
El jueves varios de estos migrates que permanecen en el albergue de una asociación religiosa en la capital panameña mostraron a la AFP su indignación por la medida tomada por el gobierno de Estados Unidos.
“(El presidente Barack) Obama jodió a todos los cubanos”, lamentó a la AFP Yadiel Cruz, mientras que su compatriota Lorena Peña consideró que Obama “finalmente la cagó (estropeó todo) porque lo que hizo fue hacernos daño”.
La mayoría de estos migrantes llegaron a Panamá a través de la zona selvática del Darién, fronteriza con Colombia, después de hacer un periplo desde varios países de Sudamérica en una ruta llena de peligros.
Hasta ahora, las autoridades panameñas dejaban a estos migrantes seguir su ruta, pese a haber entrado al país de manera irregular.
Los cubanos han quedado bloqueados en Panamá por la negativa de Nicaragua y Costa Rica a permitirles pasar, una situación que ahora se complica más tras la decisión de Obama.
Unos 25.000 cubanos indocumentados pasaron en 2015 por Centroamérica y en 2016 varios miles fueron enviados a México en avión desde Panamá y Costa Rica tras un acuerdo entre varios gobiernos de la región.