El presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, pidió el jueves a los migrantes irregulares cubanos, que permanecen varados en ruta hacia Estados Unidos, que eviten referirse a la política migratoria de Donald Trump
“Lo que no quiero es una concentración de personas en Panamá para pedir al gobierno de Estados Unidos que cambie su política (migratoria) porque nuestro país no puede ser usado para eso”, afirmó Varela a periodistas tras ser cuestionado sobre los migrantes cubanos que aún permanecen en territorio panameño.
El mandatario exigió a los migrantes cubanos que no usen el país centroamericano “para conflictos mediáticos” porque “son decisiones que les tocan a otros países”, dijo.
De acuerdo a Varela, unos 200 migrantes cubanos que trataban de llegar a Estados Unidos permanecen en Panamá desde que el expresidente Barack Obama modificó las políticas que favorecían su ingreso en el país norteamericano.
Estados Unidos canceló la política conocida como ‘pies secos, pies mojados’ que permitía a los migrantes cubanos ingresar sin visa por vía terrestre o marítima y obtener su residencia en un plazo determinado.
Desde entonces, aprovechan las diferentes entrevistas que concedieron para pedirle a Trump que cambie esa política decretada por Obama.
Varela instó a los cubanos a “tomar una decisión”: seguir la ruta hacia Estados Unidos; regresar a Cuba; volver al país desde el cual llegaron a Panamá, o regularizar su situación migratoria.
“Nosotros lo que vamos hacer es darle un trato humanitario pero lo que no podemos hacer tampoco es convertir a nuestro país en un centro de personas que no tienen hacia donde ir”, dijo Varela.
El pasado 13 de enero el director del Servicio Nacional de Migración, Javier Carrillo, dijo a la AFP que estos indocumentados debían salir de Panamá si no querían ser deportados.
La mayoría de estos migrantes llegó a Panamá a través de la zona selvática del Darién, fronteriza con Colombia, en una ruta llena de peligros desde varios países de Sudamérica.
Ahora quedaron bloqueados en Panamá por la negativa de Nicaragua y de Costa Rica de permitirles pasar, una situación que se complica más tras la decisión de Obama.
En 2015 unos 25.000 cubanos indocumentados pasaron por Centroamérica y en 2016 varios miles fueron enviados a México en avión desde Panamá y Costa Rica tras un acuerdo entre varios gobiernos de la región.