Frente al Sida, China quiere promover la medicina tradicional

Frente al Sida, China quiere promover la medicina tradicional
El acceso a los medicamentos antirretrovirales, que ayudan a mantener baja la carga viral en el cuerpo de las personas contagiadas y a mantenerlas sanas, se ha generalizado. También ayudan a prevenir la transmisión del VIH a sus parejas. Foto/AFP.

A finales de diciembre de 2016, China lanzó su primera ley sobre medicina tradicional: los profesionales de ése país pueden conseguir licencias y abrir clínicas 

China tratará a dos veces más enfermos de Sida con su medicina tradicional, anunció el Gobierno de Pekín, que quiere aumentar el recurso a esas prácticas ancestrales mucho más baratas. 

La medicina tradicional sólo es uno de los métodos promovidos por el plan quinquenal antiSida de las autoridades, junto a la medicina moderna. 

“El número de personas enfermas de Sida y tratadas con la medicina tradicional china se duplicará respecto a 2015”, indicó el gobierno el domingo en su página web. 

El plan pide a los servicios de medicina tradicional que colaboren con los organismos oficiales de salud “para encontrar un esquema terapéutico que combine la medicina tradicional china y la medicina occidental”. 

Este llamamiento se enmarca en la campaña lanzada por Pekín para usar más la medicina tradicional en China, un conocimiento milenario que utiliza medicamentos (sobre todo a base de vegetales), masajes, acupuntura o el qigong (gimnasia tradicional). 

Los resultados de esta medicina suscitan numerosos debates. En enero, un estudio de médicos suecos concluyó que la acupuntura podía reducir los llantos de los bebés aquejados de colitis. Pero otros científicos occidentales cuestionaron dicho estudio. 

A finales de diciembre, China votó su primera ley sobre medicina tradicional: los profesional del país asiático pueden ahora conseguir licencias y abrir clínicas más fácilmente. 

China cuenta actualmente con 450.000 especialistas en medicina tradicional, según los datos oficiales. El Gobierno considera esas prácticas como una alternativa menos costosa y menos invasiva que la medicina moderna. 

El nuevo plan antiSida aspira, además, a reducir en menos de un 10% “los comportamientos homosexuales vinculados con el Sida”. 

A finales de 2014, había 501.000 personas enfermas de Sida o portadoras del VIH en China, según un recuento oficial transmitido a la ONU en 2015. 

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