La automotriz estadounidense Ford mantiene sus planes de abrir este año dos plantas de producción de autopartes en México, anunciadas en 2015, pese a la sorpresiva cancelación en enero de una inversión de $1,600 millones para una nueva fábrica
La decisión sobre la planta automotriz, que se iba a edificar en el estado de San Luis Potosí (este), ocurrió justo cuando el entonces presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, aumentó su presión sobre las fabricantes de vehículos de su país para que lleven de vuelta sus plantas de producción y ensamblaje y ayuden a crear empleos.
Sin embargo, directivos de la firma han insistido desde entonces en que la decisión respondió a razones de negocios y no a motivos políticos.
“La verdad es que no nos fuimos de México. Los negocios tienen que tomar las decisiones correctas en el momento correcto y eso fue lo que nosotros hicimos. Desafortunadamente la noticia no es buena”, dijo a periodistas, Gabriel López, director general de Ford México, la noche del miércoles.
El ejecutivo recordó que la empresa está construyendo dos plantas de fabricación de transmisiones y motores en los estados de Guanajuato (centro) y Chihuahua (norte) que proveerán desde mediados de este año a sus ensambladoras de vehículos en Estados Unidos, India, China, Europa y Sudamérica.
“La inversión total de esas dos plantas son $2 mil 500 millones y cuando estén operativas a ritmo de producción van a emplear 3 mil 800 personas”, precisó López.
Ford, con más de 90 años de operaciones en México, posee cuatro complejos de fabricación de vehículos y autopartes y emplea a unas 9 mil personas, además de comprar unos $12 mil millones anuales en insumos a fabricantes locales, según datos de la compañía.
Alrededor de un 70% de la producción de sus plantas en los estados de México y Sonora se dirige al mercado estadounidense.