En poco más de ocho años, la constructora brasileña desembolsó 29 millones de dólares para ganar licitaciones públicas en Perú
Envuelta en un escándalo internacional de sobornos a cambio de obras, la constructora brasileñas Odebrecht y sus confesiones en busca de perdón pueden cobrarse una nueva víctima: la hasta hoy sólida economía de Perú.
La gigante brasileña, importante actor en el caso de corrupción conocido como “Lava Jato”, admite pagos indebidos a varios funcionarios y políticos en Latinoamérica para ganar licitaciones públicas.
En Perú, reconoce que desembolsó 29 millones de dólares entre 2005-2014 para hacerse de contratos. Pero Odebrecht asegura que no estuvo sola.
Según una denuncia periodística, el exrepresentante de Odebrecht en Perú, Jorge Barata, implicó a uno de los mayores grupos económicos de Perú: Graña y Montero, la constructora más importante con la que participó en consorcio de la carretera interoceánica.
En un documento en poder de la justicia, divulgado en la última edición del semanario Hildebrandt en sus Trece, Barata, asegura que Graña y Montero conoció del pago de un soborno de 20 millones de dólares al expresidente Alejandro Toledo, para ganar la obra. El exmandarario es buscado por la justicia.