Mossack Fonseca era una fábrica de sociedades: María Mercedes Riaño

Mossack Fonseca era una fábrica de  sociedades: María Mercedes Riaño
Asistida legalmente por la exmagistrada presidenta de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, Aura Emérita Guerra de Villalaz, Riaño desmembró el andamiaje que levantó Fonseca Mora y su socio el alemán Jürgen Mossack.

En Mossack Fonseca, la oficina de abogados que tiene entre sus principales socios a Ramón Fonseca Mora donante de la campaña del hoy presidente Juan Carlos Varela y quien fuera su ministro consejero, operaba un departamento que era “como la fábrica de sociedades de la empresa”

Tales revelaciones se encuentran consignadas en la declaración indagatoria de 24 páginas que rindió ante el Ministerio Público María Mercedes Riaño, quien laboró por más de 15 años en el citado despacho y quien en su último periodo de funciones lo desempeñó en la oficina de Mossack Fonseca en Brasil.

Riaño aparece entre las personas procesadas por supuesto blanqueo de capitales en una investigación que adelanta la Fiscalía contra la Delincuencia Organizada en Panamá que nació de las diligencias iniciadas en Brasil relacionadas con la denominada operación Lava Jato que desató un movimiento telúrico con repercusiones en países latinoamericanos y que ha tenido sus réplicas que llegan hasta el anillo de influencia del mandatario panameño.

Asistida legalmente por la exmagistrada presidenta de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, Aura Emérita Guerra de Villalaz, Riaño desmembró ante el Ministerio Público el coposo andamiaje que levantó Fonseca Mora y su socio el alemán Jürgen Mossack, rotulado por el influyente nombre Mossack Fonseca (MF) que acaparó las portadas de los principales medios de comunicación del mundo, en la trama de investigación periodística bajo el título Panama Papers.

Mossack y Fonseca también se encuentran detenidos en Panamá bajo cargos de blanqueo de capitales.

Con una precisión similar al reloj suizo, Riaño le contó a la Fiscalía que el grupo MF estaba dividido en diferentes áreas que identificó como Evolusof; el bufete; la Fiduciaria; la Casa de Valores y una empresa de Contabilidad, amén de las oficinas que fungen como agentes registrados y oficinas registradas que son aquellas donde tienen domicilio todas las sociedades que son creadas en cada una de las jurisdicciones y que se dedicaban a incorporar las sociedades a través de una licencia local fiduciaria en sitios como Islas Vírgenes Británicas; Bahamas, Seychelles, Anguila, Samoa, Hong Kong, Nevada, Nueva Zelanda, antiguamente Niue y hace unos dos años, la firma inició sus tareas de constituir sociedades en Arabia Saudita.

Riaño, quien durante el desarrollo de su declaración indagatoria intentó guardar distancia de las supuestas actividades de blanqueo de capitales de las que se le imputan, dijo que el grupo también cuenta con oficinas en varios países ubicados en Asia, América, África y Europa y despachos en otras partes del mundo “que se dedican a vender, mercadear y promover” los productos de Mossack Fonseca. Vea la Indagatoria a Mercedes Riaño

En el grupo, recordó Riaño, operaba Mossfon Asset Management (Mamsa) que era la casa de valores o “family ofices” que, a su juicio, es un administrador de carteras de activos, consultores financieros, portafolio de inversiones entre otros servicios. “Solo le faltaba a Mossack Fonseca contar con un banco”, dijo, en su declaración, Riaño.

En la página cuatro de las respuestas que da Riaño aparece el nombre de una sociedad de Mossack que prestaba el servicio de digitalización de documentos, allí registra como uno de los clientes el Tribunal Electoral que adquirió software con esta sociedad.

Además de Fonseca Mora y Mossack, dijo Riaño, la citada empresa tiene como dueños a Dirk Braver y a Alex Gauster, quienes, según dijo, no estaba segura si eran banqueros alemanes o suizos.

Mossfon Asset Management, dijo Riaño, intentaba captar clientes de todo el grupo para administrar activos, carteras de inversión, bonos de oro. “Es decir -añadió- le decían a los clientes cómo invertir su dinero, pero las cuentas tenían que ser superiores a un millón; eran los que más ganaban en la empresa. También vendían ahorros de retiros. Esto es lícito; lo otro no…”.

En el área queriaño identificó como bufete, Riaño le contó al fiscal que operaba bajo su estructura un departamento de sociedades. “En este departamento, la jefa era Jossete Roquebert y era como la fábrica de sociedades de la empresa”.

En ese departamento, narró Riaño, trabajaban menos de 100 personas y allí se constituían los documentos corporativos para incorporar sociedades panameñas y confeccionar trabajos adicionales como poderes, actas, solicitudes de certificados de agente registrado, emisión de acciones y certificados de incumbencia. En ese mismo departamento, dijo, se elaboraba el documento que era firmado por colaboradores muy humildes que trabajaban en esa oficina y quienes figuraban como directores de todas las sociedades que se constituían y, a su vez, eran directores de personas jurídicas de otras sociedades en todos los países.

Es más, dijo, en un periodo llegó a funcionar en ese departamento el Registro Público de Niue y Edison Teano, un abogado de esa oficina, firmaba como su director general.

 

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